El Pozo (ilustracion y relato)

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jota zombie

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No sabia donde poner esto, si en guiones y relatos o en comics y galerias. Me decidi por ponerlo aca porque el relato no tiene relacion con ningun comic ni personajes conocidos, y es mas, necesita una cierta introduccion para ambientarlo dado que lo escribi para otra comunidad.


al que le interese el relato aca va:

intro: este relato se basa en el Juego STALKER Shadows of Chernobyl. esta ambientado en una Ukrania post desastre nuclear, en los alrrededrores de la central de Chernobyl se ha creado una Zona de exclusion donde conviven diferentes facciones entre anomalias, mutantes y radiacion. es un mundo totalmente decadente donde practicamente no hay reglas.

eso mas o menos servira para ambientar al que quiera leer.

Relato:
El Pozo

“El Pozo”, así lo llaman, y no es mucho más que eso: una gran depresión circular en el terreno. Una cicatriz más en el apaleado cuerpo de La Zona, de al menos treinta metros de diámetro y unos cinco de profundidad. El perímetro se encuentra rodeado por una improvisada cerca confeccionada con varios vehículos abandonados: buses, coches pequeños y un par de tanques militares, mas toda la variedad de chatarra que se pueda conseguir en el vertedero, expandiendo así su diámetro veinte metros más. En una rápida observación desde lejos parecería una obra en construcción, recuerdo que cuando abandone Kiev, muchas obras en construcción recorrían la ciudad, pero en este agujero no se construye nada.

Desde el público desciende la locura, alimentando la hoguera de furia que arde en el centro. Es un nuevo coliseo decadente. Dentro de lo que llaman “Las cuevas”, dos túneles opuestos donde esperan los próximos a enfrentarse, se pueden oír decenas de historias, decenas de motivos por los cuales los hombres se transforman en pseudo-gladiadores, pero tiendo a pensar que todos estamos por el mismo motivo: Sangre, por arrancarle la vida a jirones a un tipo cualquiera y que no solo no termines encerrado sino que todos griten tu nombre, el dinero es solo una excusa, nadie logrará acumular tanto como para empezar una nueva vida lejos de aquí y no creo que nadie sea tan tonto como para hacerlo por ese motivo. A los organizadores no les conviene que sus luchadores decidan que ya tiene suficiente dinero y quieran largarse a una isla en el Caribe. Solo dan un mínimo incentivo. Los ganadores frecuentes suelen recibir otros premios, mujeres y drogas principalmente, aunque muy pocas veces superan el sello de “calidad La Zona”.

Hace veinte minutos mi contador de victorias alcanzó la misma cifra de mi edad: treinta y cuatro. Soy lo que se puede decir “la apuesta segura”, aunque últimamente cada vez mas comienzan a inclinarse hacia mis adversarios, no se si es porque el cansancio en mi se hace evidente, por codicia, o simple morbo.

El grito de horror de una vida que se desgarra se vuelve ínfimo ante las decenas de gargantas que aprueban la barbarie. Vuelve a ser mi turno, entiendo que ya no soy negocio, quieren verme caer, pero esa motivación de público pronto puede volverse aburrimiento, por eso mis peleas son más y más seguidas. La última fue la más difícil que he tenido, un tipo realmente duro, pero quizás sin la experiencia suficiente. Supe luego de haber terminado que había sido boxeador, un campeón juvenil de la madre Rusia, pero es muy distinto pelear en un cuadrilátero a hacerlo en un agujero lleno de chatarra sabiendo que solo uno saldrá vivo y que ni siquiera tendrás la suerte de morir de un tiro en la cabeza. Las peleas con armas fueron muy pocas, pronto se dieron cuenta de que terminaban demasiado rápido y que la posibilidad de llevarte un recuerdo de plomo como observador no era precisamente un incentivo para los apostadores.

Nunca sentí un dolor físico que llegara a doblegarme, aun así puedo ver que las heridas en mi cuerpo me recomiendan parar, pero no tengo nada mejor que hacer ni donde ir, y matar o morir se vuelve muy tentador ante un panorama así. La joven de cabellos dorados hace por mi cuerpo maltrecho todo lo posible, pero a pesar de que se ve como una ángel, es simplemente otra alma prisionera de este lugar y no hay nada de magia en sus actos. Aunque el momentáneo contacto con su suave piel es suficiente alivio.

Por el altavoz escucho mi nombre, los espectadores comienzan a gritar, imagino el sabor a sangre cubriendo de a poco las gargantas a medida que las cuerdas vocales se rompen, inundando los sentidos, volviéndolos vampiros sedientos.

“nuestro campeón no se imagina el reto que le espera esta vez”- grita el anunciador, saturando los altoparlantes.

-¿Qué será esta vez?- Pregunta mi mente. - ¿matar a un Chupasangre con las manos?.

- No será la primera vez- le contesto sin darle mayor importancia.

Observo el calmo mar esmeralda de los ojos de mi ángel guardián, me ha visto volver demasiadas veces como para pensar que es posible que no lo haga, pero esta vez el mundo se ha tornado extraño, todos mis sentidos parecen adormecidos, matar y morir se confunden en un mismo deseo. Quizás creer que le importo es solo una jugada más de mi cabeza.

- Desearía escuchar tu voz, tan solo una vez – le digo. Ella no contesta, jamás lo ha hecho, el único sonido que le he escuchado producir, ha sido una triste melodía interpretada hoy en mi sucia guitarra. No sabía que podía hacerlo y de alguna manera ha logrado darme paz.

Camino hacia donde se supone que debo ir, hacia la muerte, mía o de mi adversario. Hoy no me importa. Me detengo y vuelvo a mirarla, me sonríe intentando decir, “hasta luego”, o eso imagino, pero sus ojos dicen “adiós”.

- hasta luego, preciosa. Cuídala – le digo mientras le entrego la guitarra.

No deja de sonreír, pero el mar comienza a derramar la sal entendiendo que esto es una despedida.

- Dios, si que me gustaría oír tu voz – digo, pero los gritos desvían mis palabras de sus oídos.

Mi cuerpo responde como tantas veces, la adrenalina dispara el motor, pero esta vez es el espíritu el que se ha rendido, y siendo lo único que define una batalla, esto ya esta decidido. Aun antes que el puño de la mujer rusa envíe dos de mis dientes a mi estomago. A cambio su nariz estalla en un rojo manantial, jamás pensé ser capaz de golpear a una mujer, fue un simple reflejo de un cuerpo acostumbrado a devolver los golpes, pero estoy tan fuera de mi que ya no se. Entre golpes alcanzo a ver el improvisado tablero que indica el numero de apuestas, por primera vez da en mi contra, supongo que habrá muchos afortunados hoy. Continúo golpeando a la mujer, por un momento ha retrocedido, ha sido solo un paso, pero sumado a la expresión de su rostro debería significar su derrota, habrá una afortunada mas en la cifra del tablero. Mi cuerpo se niega a dejarse golpear, pero el alma lo doblega como un titiritero a su marioneta. Un relámpago rojo estalla en mis ojos y luego de eso, solo es mi ojo izquierdo el único capaz de seguir reportando los hechos que nunca debieron ser. Su rodilla se hunde en mi costado, el sonido de los huesos quebrados que tantas veces oí esta vez suena dentro mío, no siento dolor, quizás el único dolor real sea el del alma y la mía ya ha aceptado su destino. Como un perro entrenado para morder, suelto una patada, solo por costumbre, el golpe que debería haberle arruinado la noche de premiación a mi adversario si fuese hombre, aun sin encontrar el mismo objetivo de impacto, logra ponerla de rodillas. Dicen que el dolor es lo que te demuestra que estas vivo, pero también demuestra que puedes morir, y cuando alguien recibe tanto dolor, la muerte se vuelve cada vez mas real, algunos hacen de eso su combustible pero la mayoría es derrotado por su propio miedo. Cuando la mente comienza a repetir “voy a morir” el cuerpo termina por creerlo. La mujer frente a mi no es una de esos, pero se que aun así toda su adrenalina no lograría impulsarla para esquivar mi próximo golpe, asíque desvío mi puño de su rostro en la ultima fracción de segundo, dándole una oportunidad. Ella no la deja pasar, toma mi brazo y lo retuerce. La articulación del codo estalla junto con los gritos de los presentes, todos gritan, menos yo. Miro hacia “La cueva”, entre las sombras la veo, con mi guitarra en su falda, anhelo sus ojos perdidos en la oscuridad, pero prefiero que sea así, si la viera llorar podría terminar matando a esta mujer y no es lo que quiero.

Sus dedos rodean mi cuello, podría pensar al menos cien formas de salir de esa situación aun con un brazo menos, pero dejo que mis pensamientos sigan golpeándose contra los escombros del suelo. El silencio desciende suave como el rocío, las gargantas continúan desgarrándose en gritos, gritan el nombre de quien me ha vencido: Irina, pero ya no las escucho. Desde la cueva, como una brisa calida en una noche de invierno, la triste melodía acaricia mi alma por última vez. El egoísmo me hace pensar que va a extrañarme, pero debe tener al menos mil cosas mejores que extrañar y yo no soy nada, solo otro maldito más en un lugar donde no debería haber nadie.

Una certeza me llega tarde, como una acumulación del dolor que todos los golpes no supieron darme: mi vida debería haberse ido en arrancarla a ella de este infierno.
Solo espero que exista alguna fuerza superior en el mundo pueda equilibrar mi egoísmo y le de la paz que merece.




Jota zombie – Agosto 2009

Dibujo:
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Moskito

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Respuesta: El Pozo (ilustracion y relato)

Buen relato y buen dibujo J, gracias por compartirlo :thumbsup:
 
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Gohan

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Respuesta: El Pozo (ilustracion y relato)

El relato me encanto esta muy bien desarrollado, manejas muy bien el narrador en primera persona lo unico q no me gusto fue el final, me parese q no tiene coherencia (puede q sea solo yo :heh:)
Buen dibujo

( Hay gente sin honor q le perdonas la vida y luego te apuñala por la espalda asi q mira bien a quien perdonas :lol:)
 
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jota zombie

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Respuesta: El Pozo (ilustracion y relato)

Gracias.
Lo que sucede en el final es que el personaje muere en la pelea y se da cuenta de que esa muerte es en vano, y de que deberia haber muerto intentando liberar a la chica, lo cual habri tenido mucho mas valor.
Me gustan los finales tragicos, casi todo lo que escribo termina asi.
 
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