La Niña y la Máquina.

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Rogelio

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La Niña y la Máquina.

En el siglo 24, año 2302.

Los vestigios de la catástrofe dejaron miles de niños huérfanos que eventualmente mutaron a bestias que casi podrían llamarse inhumanas incapaces de sobrevivir por si mismas. Bestias mutantes las cuales cuyas extremidades se pudrían y los órganos originales cesaban su funcionamiento.

Mucha gente pereció en la catástrofe del año 2099. Todos sabíamos que la tecnología algún día nos llevaría al Apocalipsis.

Ésta pequeña niña, Mika, se quedó huérfana a la edad de 5 años. Vivió un tiempo con su familia, con su Tía Hortensia; ésta última quería mucho a Mika; sin embargo, Mika comenzaba a desarrollar pensamientos distintos a los de otros niños. Ella quería viajar, quería ser parte de aquellas grandes ciudades de las que todo mundo hablaba, como La Nueva York. Una ciudad que sorpresivamente no fue destruida completamente por la catástrofe. Muchos visionarios, científicos e ingenieros aprovecharon éste incidente para convertirla en una metrópoli; una metrópoli mundial.

La Nueva York creció considerablemente muy rápido; gente importante con dinero decidió mudarse a la nueva metrópoli del mundo; incluso se construyó una zona sumamente grande encima de la ciudad, es como si la ciudad tuviese dos pisos. La parte de arriba era para la gente de dinero, la gente VIP, con influencias. Generalmente se veían políticos, gente contrabandista y narcotraficantes, artistas mundialmente reconocidos, científicos y gente de alto perfil. Y obviamente, la gente de pocos recursos se quedó en los barrios bajos de la ciudad, literalmente bajos de la ciudad. En el primer piso; una ciudad bastante peligrosa. Llena de delincuentes, alcohólicos, drogadictos, narcotraficantes, bioroides corruptos, chinos contrabandistas, etcétera. Había gente buena, sin lugar a dudas.

Mika, ya de 15 años, se quedó vagando por países, en vehículos de transportación, viajando sin rumbo. Hasta que encontró a la máquina. Así la llamaba ella. Aparentemente venía de una familia de puristas, gente que nunca agradó la convivencia con máquinas autómatas, capaces de hacer toda labor humana, o como normalmente se les llama: bioroides.

Mika encontró a un modelo prototipo, en un lago de residuos, cerca de una fábrica de Bioroides experimentales aparentemente desconocida en las afueras de La Nueva York. Éste prototipo aparentemente seguía activo y con suficiente energía.

-¿Te encuentras bien?, dijo Mika.
-¿Yo?, ah, ¡claro que sí!. Lo que pasa es que me encontraba descansando.

-¿Descansando?... ¿Un robot descansando?- Se preguntó Mika; a lo que el bioroide contestó:
- Claro-.

Mika desconcertada preguntó al robot que, como era posible que una máquina requiriera descansar; el bioroide en lugar de responderle, simplemente alegó que como es que una pequeña niña estuviese explorando ése lado del mundo, sola y sin nadie acompañándola. Mika simplemente respondió con un: “No sé”.


A pesar de haber vivido sola por mucho tiempo ella era alegre y divertida, un poco tonta a veces, sin embargo lograba mantener con alegría a la gente que la rodeaba. No permitía que la injusta separación de su familia la doblegara. Pero ella quería viajar, quería ver con sus propios ojos La Nueva York. Éste bioroide, tenía una personalidad bastante curiosa: medio amargado, parecía que ya tenía varios años encima. Generalmente siempre quería tirarse en el sueño y descansar.

Mika decidió partir y seguir su rumbo.

-¿A dónde irás?- el bioroide le preguntó con una voz queriendo aparentar desinterés.
–A la gran ciudad- respondió entusiasmada.
–¡Qué!. Gritó asustado el bioroide.
–Si, a la gran ciudad: La Nueva York. Quiero conocer la capital del mundo-.

El Bioroide algo anonadado respondió
–Pero… pero, no, espérate, no puedes ir sola a un lugar como ese. Es bastante peligrosa para una personita como tú.
Mika algo extrañada le preguntó
-¿A qué te refieres?-.
–A que hay mucha gente malvada, prejuiciosa y despiadada que te pueden hacer daño-, respondió el Bioroide.

Mika sorprendida por lo que le comentó el viejo Bioroide se mostró algo extrañada.
-¡No me importa! Quiero ir-.
-¡Maldita niña! ¡No puedes ir, entiéndelo!-, gritó con desesperación el bioroide.
-Entonces ven conmigo- respondió Mika.

El Bioroide cansado aceptó la invitación, nada más por que tenía asuntos pendientes allí.

Pasó aproximadamente una hora y se alcanzó a ver el panorama de la gran ciudad. Era una maravilla: hermosos rascacielos, millones de luces, la zona elevada era impresionante, llena de rascacielos también, una torre gigantesca que estaba en el Centro. Automóviles sobrevolando la ciudad se alcanzaban a ver desde donde estaban. Era un sueño hecho realidad. Mika quedó totalmente fascinada. Ver esa cantidad de luces, rascacielos, una infinidad de gente caminar. La maravilla de la zona elevada, ó el segundo, era una cosa gigantesca, imponente. Mika quería llorar de la emoción. Era algo que no se podía comparar con nada.

La ciudad, era diferente a lo que se conoce como una ciudad. Era una ciudad cibernética. No se veían árboles. Eran calles, casas, edificios, barrios peligrosos, callejones lúgubres, puestos de comida rápida. Era como una ciudad techada, pues no se veía el cielo, nada más la zona elevada. Sin embargo, las luces tan hermosas y lo gigantesco de la ciudad era lo bueno.
 

Moskito

Haciendo un Videojuego!!!
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Respuesta: La Niña y la Máquina.

Buena historia :clapping: facilmente podria encajar como antecedente a la historia que manejamos en el rol, gracias por compartirla :thumbsup:
 
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Rogelio

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Respuesta: La Niña y la Máquina.

Buena historia :clapping: facilmente podria encajar como antecedente a la historia que manejamos en el rol, gracias por compartirla :thumbsup:

¡Gracias por sus comentarios Moskito!. Quisiera añadir que aún no está terminada. Básicamente este sería el primer capítulo, pero quería publicarla en algún lado para que me la criticaran. Qué bueno que le gustó. ¡Muchísimas gracias!.
 
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