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dragonzord
Guest
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Muchas veces cuando era chico pensaba... ¿Como seria no ser yo?
Salir a jugar…llegar a tener amigos, salir un poco de mi burbuja de cristal.
Me divertían las simples cosas de la vida la salida del sol, el olor de una flor; la sonrisa de la gente, aunque no supiera de que se estaban riendo. Ver el vuelo de un pájaro liberaba mi mente, mi cuerpo, mi alma me unía a el y éramos uno me encantaba esa libertad sentir el viento en mi rostro ver el mundo con otros ojos.
Pero anhelaba ser parte de la civilización, ser parte de la raza humana ser igual a los demás, tener a alguien con quien conversar a quien abrazar y tal vez con suerte a alguien a quien amar.
Las noches se hacían largas, húmedas y muchas veces solitarias. Demonios atormentaban mi mente a no ser igual a los demás.
Los gritos de un lobo sonaban en mi oído aunque nunca lo podía hallar, el corazón latía mas de lo normal la sangre hervía pero yo siempre pedía quiero ser normal. Las voces del tiempo clamaban por mi alma, la misma parca vino en su búsqueda muchas veces a lo que yo solo le decía si has de acabar con mi miseria hazlo ya…aprisa que el tiempo apremia y tu amo mi alma espera.
Ella siempre sonriente decía pronto estarás en mi torrente. Fría y burlona ella se iba pero yo aun sabía que volvería. Dime si me he vuelto loco a los cuatro vientos yo decía ya que ni la misma muerte me quería, no era de aquí y no era de allá ¿Cuál era el lugar donde yo debería estar? ¿A quien le debía orar? ¿Debería una vida ofrendar? Mas cual noble fue mi pedido a oídos sordos iban a dar y aunque la luz del nuevo día alegraba mi vida esta se sentía vacía y en mi mente seguía retumbando el aletear de ese pájaro que de tan libre que era me llenaba de envidia.
Y así sentado en una silla volvía a esperar el ocaso que ese día parecía no llegar y en mi soledad y mi tristeza ya veo con pereza el pasar de los días.
Salir a jugar…llegar a tener amigos, salir un poco de mi burbuja de cristal.
Me divertían las simples cosas de la vida la salida del sol, el olor de una flor; la sonrisa de la gente, aunque no supiera de que se estaban riendo. Ver el vuelo de un pájaro liberaba mi mente, mi cuerpo, mi alma me unía a el y éramos uno me encantaba esa libertad sentir el viento en mi rostro ver el mundo con otros ojos.
Pero anhelaba ser parte de la civilización, ser parte de la raza humana ser igual a los demás, tener a alguien con quien conversar a quien abrazar y tal vez con suerte a alguien a quien amar.
Las noches se hacían largas, húmedas y muchas veces solitarias. Demonios atormentaban mi mente a no ser igual a los demás.
Los gritos de un lobo sonaban en mi oído aunque nunca lo podía hallar, el corazón latía mas de lo normal la sangre hervía pero yo siempre pedía quiero ser normal. Las voces del tiempo clamaban por mi alma, la misma parca vino en su búsqueda muchas veces a lo que yo solo le decía si has de acabar con mi miseria hazlo ya…aprisa que el tiempo apremia y tu amo mi alma espera.
Ella siempre sonriente decía pronto estarás en mi torrente. Fría y burlona ella se iba pero yo aun sabía que volvería. Dime si me he vuelto loco a los cuatro vientos yo decía ya que ni la misma muerte me quería, no era de aquí y no era de allá ¿Cuál era el lugar donde yo debería estar? ¿A quien le debía orar? ¿Debería una vida ofrendar? Mas cual noble fue mi pedido a oídos sordos iban a dar y aunque la luz del nuevo día alegraba mi vida esta se sentía vacía y en mi mente seguía retumbando el aletear de ese pájaro que de tan libre que era me llenaba de envidia.
Y así sentado en una silla volvía a esperar el ocaso que ese día parecía no llegar y en mi soledad y mi tristeza ya veo con pereza el pasar de los días.