Hola amigos noveneros, hoy les traigo un relato muy especial, pues pertenece a uno de los géneros que, creo yo, a todos aquí en la novena nos gustan.
Es un relato de superhéroes, y bueno, dejaré que el relato hable por sí mismo:
The Grim Watcher
Es más de medianoche, y me complace decir que las calles están calladas y tranquilas como pocas veces a ésta hora. Casi puedo escuchar el susurrar de un televisor en el interior de algún departamento cercano, en contraste con los ruidos de crimen y violencia a los que ésta ciudad me tiene acostumbrado la mayoría de las noches.
Si la cosa sigue así, probablemente considere terminar la ronda de hoy más temprano e ir a dormir unas horas más, que buena falta me hacen.
Y entonces el sonido de una gran explosión llega hasta mis oídos, proveniente de unas calles hacia el norte, cerca del centro de la ciudad.
Me olvido de las merecidas horas de descanso que ya no podré disfrutar y me dirijo hacia el lugar de la explosión, saltando sobre los tejados.
Mientras más cerca estoy de la escena, mas ruidos de conmoción se hacen oír. Gritos de miedo e ira, golpes, explosiones, y otros ruidos inidentificables.
Finalmente llego a la zona del percance. Desde lo alto de un edificio de departamentos veo la escena que se lleva a cabo en medio de un cruce cualquiera.
Para mi infortunio, en la escena se encuentra el Liberty Squad con toda su planilla al completo. Parece ser que todo el embrollo deriva de un combate contra alguna súper amenaza. Que raro.
Los súper paletos luchan contra un individuo lampiño, musculoso y ultra violento.
Observo la situación por un momento, para determinar si mi intervención será necesaria.
Entonces el individuo hostil le da un golpe de lleno en la cara a Captain Savior, que lo saca volando en dirección a un edificio, con el cual choca, reduciéndolo a escombros, de entre los cuales sale el autoproclamado “superhéroe”, sangrando.
Por un segundo, me pasa por la cabeza el pensamiento de que ni siquiera mi intervención va a ser suficiente para terminar con éste asunto.
Luego recuerdo quien soy y lo que puedo hacer, y sonrío.
Bajo a nivel de calle y me acerco a la escena a paso tranquilo; ni el Liberty Squad ni su formidable oponente se percatan de mi acercamiento, tan enfocados en su escaramuza y la destrucción sin sentido que la misma ocasiona.
Uno a uno, el desconocido abate a los miembros del escuadrón, Lady Fortune y Mr. Cavalry están ya inconcientes; ninguno parece capaz de detenerlo, aunque viendo lo que le hizo a Captain Savior, no me sorprende; el capitán es el más imbécil del equipo, pero también el más poderoso, al punto de haber sobrevivido a una explosión nuclear, como le gusta contar a todo aquel lo suficientemente tonto como para querer escucharlo.
Tech-Man, el único miembro del Liberty Squad que no considero un imbécil (prueba de ello es que es el único que no ha entablado combate cuerpo a cuerpo contra el sujeto que se entretiene azotando al resto del equipo), se percata de mi presencia, y mientras me acerco, me dice:
– ¡Grim! Que bueno que te apareces. Justo estaba pensando en tratar de localizarte; como podrás ver tenemos una situación algo descontrolada entre manos.
– Me doy cuenta, pero dudo que hubieras podido contactarme. No cargo nada electrónico conmigo.
Tech-Man posee tecnoempatía. Según entiendo, comprende el funcionamiento de cualquier máquina electrónica y puede aprovechar los recursos de las mismas a un nivel de cualquier otra manera imposible. No es una habilidad tan impresionante en sí misma. Pero el traje de Tech-Man, a diferencia de los de los otros “superhéroes”, no es solo ornamental; es una computadora bastante potente (lo que explica que tenga un CPU en la espalda) que gracias a sus poderes posee funciones que en la actualidad se consideran únicamente de ciencia ficción, desde saquear cuentas bancarias hasta tomar el control de satélites del gobierno sin mucho esfuerzo. O eso dice.
– ¿Cuál es la situación? ¿De donde demonios salió ése tío? He visto como le remodelaba el rostro al capitán.
– Hasta ahora no es mucha la información que he podido sacar en limpio. – explica Tech-Man; puedo escuchar claramente el ruido de procesadores viniendo de su traje. – El hombre es Jack Gross. Era un guardia de seguridad encargado del ala de metacriminales en la prisión estatal. Entre hechos y conjeturas, he llegado a la teoría de que, de algún modo, se activó un súper poder latente en Gross, y asimiló los poderes de tres de los criminales del ala: Titan, Vibrator y Feral.
– Espera. ¿Me estás diciendo que existe un supervillano con el nombre de “Vibrator”?
– A mi qué me cuentas, yo no le puse el nombre.
– ¿Y cuales son sus poderes? ¿Realizarles vibromasaje a las damas?
– Su cuerpo genera vibraciones que pueden llegar a ser tan potentes como para pulverizar concreto al contacto – responde Tech-Man con voz seria, del tipo “tu chiste no me dio gracia”, así que vuelvo a enfocarme en el problema.
– Está bien, pongámonos serios. ¿Cuales son los poderes de los otros dos?
– Titan posee fuerza, resistencia y durabilidad de niveles similares a los de Captain Savior, y Feral tiene agilidad y sentidos aumentados, así como factor curativo y un desarrollado instinto animal.
– Vaya, con esos poderes sí que es un tío poderoso. Pero ustedes son el Liberty Squad, tienen a varios pesos pesados. ¿Cómo es que no han podido detenerlo?
– Yo tampoco me expliqué eso al principio. Sin embargo, los datos que he estado recopilando durante la batalla parecen indicar que el poder de Gross sigue activo. Asimila un poco de las habilidades de los miembros del escuadrón con cada golpe que intercambia con ellos.
– ¡Mierda! ¿Y estás tan tranquilo? Si dejamos que esto siga va a añadir la lista completa de los poderes del Liberty Squad a su repertorio.
– Si, bueno. Estaba teniendo un ataque de pánico hasta que llegaste.
No estoy seguro de si el comentario fue sarcástico o no.
– Que el líder de tu equipo no te escuche hablar así.
Sin esperar respuesta de Tech-Man avanzo hasta donde está Gross, con los demás integrantes del Liberty Squad, hechos talco a su alrededor.
Casi todos los edificios de las cuadras circundantes han sufrido daños, si no es que han sido destruidos por completo.
– ¿Qué mierda te pasa, Gross? ¿Por qué no puedes llevarte bien con los demás niños? – pregunto yo.
Gross se retuerce violentamente, babea, sus ojos se salen de sus órbitas y gruñe furibundo. Y cuando escucha mi pregunta y se percata de mi presencia, lo único que logra articular es:
– ¡MUCHO PODER! ¡NO PUEDO CONTROLARLO! ¡TENGO QUE DEJARLO SALIR!
Si, bueno. Eso lo explica todo.
Gross se lanza hacia mí; parece ser que ya no necesita retorcerse y babear ahora que tiene un objetivo sobre el cual derramar su concentrado poder.
– Tranquilo amigo, ¿dónde me viste las mallas de colores brillantes? Si me pegas como le has pegado a estos tíos, me vas a hacer pedazos.
Obviamente mis palabras no bastan para detenerlo, pero se frena un poco en el último momento; supongo que lo poco que le queda de conciencia pugna por salir. En lugar de darme un golpe de esos que destruyen montañas, me toma del cuello.
Debe costarle mucho trabajo y voluntad contener su desmedida fuerza como para no aplastarme el cuello y hacer que mis ojos se salgan de sus cuencas y los sesos se me derramen por los oídos. Casi siento pena por lo que voy a hacerle.
Me convierto en una viscosa, fétida y desagradable serpiente entre las manos de Gross. Me escurro entre sus dedos sin que su brutal súper fuerza pueda hacer algo para evitarlo, y me deslizo rápidamente por su brazo hasta llegar a su hombro, paso alrededor de su cuello y finalmente llego a la altura de su oído, y le susurro con una voz siseante y maligna que voy a dejar huevecillos dentro de su cerebro.
Acto seguido mi victima aún sin poder verlo, siente como me deslizo dentro de su oído y penetro en el interior de su cabeza, decidido a cumplir mi amenaza.
Gross, desesperado, se lleva ambas manos a los oídos, y justo como espero que pase, utiliza sus poderes vibratorios sobre su cabeza.
Su piel podrá entrar en contacto con roca fundida sin siquiera enrojecer, y sus huesos serán virtualmente indestructibles, pero su cerebro sigue siendo un cerebro común, y no puede evitar que éste se haga puré cuando es azotado por vibraciones que pulverizan concreto.
Y así, Jack Gross muere, aún con las manos en la cabeza y un gesto de horror en el rostro. Y yo, de pie frente a él, justo en el lugar donde me agarró del cuello, y no me he movido ni un centímetro desde que eso pasó; lo que Gross vio, escuchó, olió, sintió e incluso saboreó desde ése momento, no fue más que una ilusión creada por mí para guiarlo hasta su muerte.
Me arriesgué bastante. Si no se hubiera contenido en el último momento y de verdad me hubiera golpeado, me habría volado la cabeza del golpe, o algo parecido. Pero me creyó cuando le dije que no era uno de esos súper payasos. Es la ventaja de no andar por ahí enfundado en un traje de uno de los colores primarios, ni dar entrevistas ni hacerse popularidad; muchas personas aún piensan que soy una leyenda urbana, la mayoría de los que me ven en acción no saben como me llamo, y absolutamente nadie sabe como funcionan mis poderes exactamente.
Y a mí eso me parece genial. Mientras menos sepan de mí, más libertades tengo para actuar como se debe.
Los miembros del Liberty Squad se levantan uno a uno y contemplan mi hazaña, honestamente sorprendidos. La mayoría no tiene ni idea de lo que sucedió. Los pocos que aún estaban concientes solo vieron como Gross, luego de echarme las manos encima, repentinamente decidía soltarme y utilizar sus poderes vibratorios sobre su propia cabeza.
Captain Savior se acerca a mí, sin saber si poner en su estúpido rostro una sonrisa o un seño fruncido, resultando su expresión una combinación de ambas cosas.
– No me malinterpretes, Grim Watcher, de verdad aprecio que no hayas ayudado, pero ¿tenías que matarlo? Era un hombre inocente, víctima de las circunstancias.
– Claro, por eso estaban ustedes luchando a golpes con el, ¿verdad? – respondo yo; me importa un carajo que el tipo al que le estoy respondiendo se haya introducido en el interior de un volcán activo para apagarlo hace apenas una semana.
– Estábamos tratando de contenerlo, cosa que, con tus habilidades, seguramente habrías logrado – es la respuesta que recibo de un airado Captain Savior.
– Es estúpido hacer esa aseveración cuando ni siquiera sabes como funcionan mis poderes, cap. El tipo estaba absorbiendo los poderes de los metahumanos que tocaba, si trataba de contenerlo habría logrado asimilar mi poder y utilizarlo contra mi, contra todos.
– Entonces debiste dejárnoslo a nosotros, habríamos podido manejarlo eventualmente – responde el capitán, tratando de no ofenderse por el hecho de que lo llamé estúpido.
– Intenta ser un poco lógico, para variar. Con cada segundo que se mantenían luchando lo volvían más fuerte. Al final les habría pateado el culo a todos ustedes. E incluso si eventualmente hubieran descubierto una manera de contenerlo, para entonces Gross ya habría arrasado toda la ciudad, como mínimo.
– ¿Toda la ciudad? Exageras un poco – el cap ríe fingidamente, y hace un ademán con la mano, como descartando la posibilidad de que algo así pudiera pasar jamás.
– ¿Exagero? Mira a tu alrededor, pedazo de imbécil. En los pocos minutos que duró su enfrentamiento se cargaron más de cuatro cuadras. ¿Dónde mierdas van a vivir ahora éstas personas? Me refiero obviamente a las que sobrevivieron a toda ésta mierda.
Mi voz se ha tornado fría y colérica. Me hierve la sangre de ver la actitud de ése hombre, que piensa que todo salió a pedir de boca esta noche.
– ¡Nos culpas a nosotros como si fuéramos los que comenzamos a destruir la ciudad sin razón! – responde alzándose de hombros, como un niño que piensa que está siendo regañado sin motivo.
– Gross no lo hubiera podido hacer tan bien él solo. Solo ponte a contar contra cuantos edificios te estampó.
– ¡Aún así! ¡El punto es que, el hecho de que tengas el poder para matar a las personas no significa que debas hacerlo!
– Con mi poder, podría matarte a ti y a todo tu Liberty Squad. Y a todas las personas de la ciudad, de paso. Pero no lo hago. Ustedes, en cambio, con sus poderes podrían agarrarse de hostias con tipos como Gross y arriesgar o destruir cientos o hasta miles de vidas. Y lo hacen – con la primera parte de mi aseveración (en la que digo que podría matarlos) todo el Liberty Squad se pone en tensión, que evoluciona en indignación cuando termino de hablar.
– ¡Sigues con eso! Nosotros no usamos nuestros poderes para matar – el capitán responde altivo y orgulloso, como si se sintiera superior a mí.
– ¿Eres retrasado? Te apuesto lo que quieras a que mataste a más de una persona ésta noche, cuando tu súper culo atravesó ésos edificios a toda velocidad. Seguramente la mayoría de la sangre que traes en el traje no es tuya. ¡Te escandalizas por una vida que ya estaba perdida, cuando por la ineptitud tuya y de tu equipo estaban muriendo cientos! – está de más decir que pocas veces alguien me ha hecho enojar tanto como éste pedazo de autoproclamado “superhéroe”.
– Veo que nunca podremos estar de acuerdo, Grim. Pero la oferta que te hice de unirte al escuadrón sigue en pie, aunque tendrías que cambiar un poco tus métodos – responde Savior, como si no hubiera escuchado mi último comentario.
– Al demonio. No pienso jugar bajo las reglas de un puñado de retrasados en trajes ajustados.
– Sería bueno para todos. No solo podrías usar tus habilidades donde más se les necesitara, sino que además mejorarías tu imagen pública, que no es nada positiva.
– ¿Desde cuando esto se trata de imágenes públicas? Además, ¿quién te dijo que tu circo andante llamado escuadrón tiene una buena imagen pública? – quiero terminar ya con ésta conversación, pero parece que éste tipo saca lo más ácido de mí.
– ¡Pero que pregunta! Somos los héroes favoritos de America, nuestros nombres significan esperanza, libertad, justicia… – el pecho de Captain Savior se hincha de orgullo mientras habla.
– ¿Se puede ser más estúpido? La gente pronuncia el nombre de tu pandilla con miedo.
– ¿Miedo? ¿Pero de que hablas? – el desconcierto del hombre es auténtico, lo que hace su situación aún más patética.
– ¿Traes ése estúpido traje puesto las veinticuatro horas? ¿Es que no te rebajas a convivir con los simples mortales? Pues yo si, y los escucho todos los días. No tienes idea del miedo que sienten las personas, miedo de que, en cualquier momento, en su casa o en su oficina, de pronto una pared va a volar en pedazos y dos tipos que pueden arrancar cabezas con las manos entren como si tal cosa y se den de hostias ahí, sin importarles el daño colateral.
– Si todo eso fuera verdad, ya habríamos escuchado quejas de la gente, pero nadie nos dice nada.
– ¡Por que les tienen miedo! Ni la sociedad, ni el gobierno, ni la ley, nadie los quiere.
– ¿Si? Entonces explícame, ¿por qué trabajamos de manera conjunta con las autoridades?, ¿por qué el gobierno y la ley nos respaldan?
Definitivamente Captain Savior es más idiota de lo que creí que podía llegar a ser alguien vestido con apretadas mallas amarillas, así que luego de un fuerte suspiro me decido a explicarles como si de niños pequeños se tratara, ya que no solo el capitán, sino también el resto del equipo de payasos me mira sin comprender.
– Creo que nadie se los ha dicho, así que les haré el favor. Estamos en el mundo real, esto no es un comic. El gobierno no tiene prisiones especiales para súper criminales, con campos de fuerza y esposas que puedan contener a tipos que pueden partir el planeta en dos, el ejército no tiene pistolas que lancen rayos láser que atraviesan todo o atacan el sistema nervioso ni robots de combate, súper armados y dirigidos con el pensamiento.
– No entiendo tu punto – dice el capitán alzándose de hombros nuevamente, poniendo la cara más estúpida de la que es capaz.
– No me sorprende. El gobierno los tolera simplemente por que no tiene como lidiar con ustedes, los llamados “superhéroes”, ni con los llamados “supervillanos”, así que simplemente los dejan romperse la cara mutuamente (las llamadas “Ala de metacriminales” de las prisiones estatales no son mas que un pseudo hospital donde los convictos con súper poderes son llenados de drogas para mantenerlos dóciles todo el tiempo). Los daños que eso ocasiona son terribles, pero es mejor que tratar de detenerlos. Muchos de ustedes soportan ataques nucleares y cosas similares; tendrían que destruirse ciudades en el proceso de intentar matarlos o tan siquiera someterlos.
Pero escucha bien ésta advertencia, capitán. Un día el gobierno va a descubrir un método de contener o matar a todos los metahumanos sin que haya daños colaterales. Y cuando lo haga, no usará ése método únicamente con los que tú crees que son los malos, sino contra todos, incluyendo a tu equipo y ti. Disfruta de tus días de gloria mientras duren, y reza por que se mantengan muchos años.
Y con esas últimas palabras, les doy la espalda al Captain Savior y al Liberty Squad sin darles oportunidad de contestar, y me pierdo en la oscuridad de la noche.
Minutos después comienzo a pensar que la he cagado. Tal vez no debí decirles todo eso; me dejé llevar por el asco y la repulsión que me producen esos remedos de justicieros.
Ellos un día despertaron y descubrieron que podían hacer cosas que nadie más, o tuvieron un accidente completamente fortuito y aleatorio que pudo sucederle a cualquiera. Ningún designio divino decidió otorgarles ésos dones, lo que es más, si hubiera ocurrido en el día incorrecto de la semana, tal vez muchos de ellos habrían terminado siendo súper criminales.
Se lo que estarán pensando. ¿Por qué yo soy diferente? Después de todo, también poseo poderes que ningún otro humano.
Hace un par de años, tuve un encuentro con Poetic Justice.
Muchos tal vez ya no lo recuerden, o tengan solo un conocimiento vago de éste ser, que parece más una entidad que un simple individuo.
Poetic Justice fue el primer metahumano en ser considerado una amenaza a nivel planetario. Era un hombre que descubrió que tenía el poder de “darle lo que se merece” a cualquier persona. Nunca se supo con certeza como funcionaba su poder, ni de bajo que criterios juzgaba, el hecho es que, cuando comenzó a utilizar sus poderes, algunos individuos caían abatidos ante su mirada, con heridas como de bala o cuchillo en sus cuerpos sin haber sido atacados, y tiempo después se descubría que dichas personas habían matado a otros usando los mismos métodos por los cuales Poetic Justice los ajusticiaba.
Entonces un día Poetic Justice anunció que planeaba utilizar su poder sobre el mundo al completo. Todos y cada uno de los seres humanos tendrían lo que se merecían.
La idea aterró a la mayoría del mundo. La gente comenzó a preguntarse si no seríamos todos castigados. Después de todo, el egoísmo y cierto grado de malicia parecía ser natural en todo ser humano, y todos se preguntaban si a lo largo de sus vidas habían hecho más mal que bien, o viceversa.
Pero entonces Saviors Now, el más grande, el primero y el mejor súper equipo de todos los tiempos, habló con Poetic Justice y lo convenció de que lo que planeaba hacer, si bien en términos generales era “justo”, no necesariamente haría del mundo un mejor lugar.
Y Poetic Justice desapareció, y nadie volvió a saber de él.
Hasta que se manifestó ante mí hace un par de años, como ya dije. Y usó sus poderes sobre mí.
Por eso sé que soy diferente de todos los demás pseudo héroes, que lo único que buscan en realidad es fama y popularidad, como la de los primeros y verdaderos superhéroes. Mis poderes se me fueron otorgados por que me los merecía.
Cuando Poetic Justice utilizó sus poderes sobre mí, pude haber muerto o recibido un castigo, pero en lugar de eso fui compensando con éstos dones.
Y es por eso que los utilizo para salvar la mayor cantidad de vidas que puedo.
Nunca le he contado ese encuentro con Poetic Justice a nadie. Seguramente me creerían un loco, pero yo sé que es real. Y es que incluso aunque me lo hubiera imaginado, ¿cómo podrían explicar entonces éstos poderes?
En fin, una calle antes de llegar al edificio en el que está mi departamento, me interno en un callejón y me quito la capucha, que guardo en una bolsa. Salgo del callejón convertido nuevamente en William Miller, un simple trabajador social.
No sé si en el caso de los pseudo héroes sea como en los comics y bajo los trajes ridículos hay reporteros, fotógrafos y millonarios bastardos, pero en mi caso no soy nadie especial, y nunca he sido vinculado con Grim Watcher (mi álter ego) ni por accidente.
Entro en el edificio caminando de puntitas y lentamente para no hacer ruido, pues aún faltan varias horas para el amanecer y mis vecinos duermen. Subo escaleras y llego finalmente a mi hogar.
Dejo la bolsa que contiene mi capucha en el suelo y me preparo para tirarme en la cama y dormir unas pocas horas, cuando siento una especie de piquete en el cuello. Paso mi mano por la zona afectada y encuentro algo adherido a mi piel. Lo arranco de un tirón y me lo acerco a los ojos para ver de qué se trata.
Es un pequeño dardo. Entonces mis ojos se cierran y caigo vertiginosamente, sabiendo que no es por culpa del cansancio.
Vuelvo a estar conciente. Pero no sé mucho más. Estoy sentado, atado de pies y manos, y con algo cubriendo mis ojos. Comienzo a forcejear, para ver si puedo liberarme.
– Oh, no se moleste Mr. Miller. ¿O debería llamarlo Grim Watcher?
Me quedo helado al escuchar aquello.
– Así es, William. Conocemos su identidad secreta. Pero no tema, no es que vayamos a difundirla o algo así. Entiendo que para ustedes es muy importante eso del secretismo.
– ¿Quién eres y que quieres? – apenas y tengo fuerzas para preguntar.
– No me gusta hablar con rodeos, hijo, así que iré al grano. Somos el Gobierno, y tal vez no tengamos prisiones especiales para súper criminales, con campos de fuerza y esposas que puedan contener a tipos que pueden partir el planeta en dos, ni pistolas que lancen rayos láser que atraviesan todo o atacan el sistema nervioso, ni robots de combate, súper armados y dirigidos con el pensamiento. Pero si tenemos espías e investigadores. Todo lo que le dijiste al Liberty Squad sobre los verdaderos sentimientos del pueblo y el gobierno es verdad.
– Vale, escucharon mi conversación con esos peleles, me tienen sorprendido. ¿Ahora que sigue?
– Resulta que ya descubrimos un método para cargarnos a todos los metahumanos, y planeamos usarlo sin distinción contra “superhéroes” y “supervillanos” por igual.
– Bien por ustedes. ¿Piensan usarme como conejillo de indias?
– No, William. Me parece que no ha entendido bien. Usted es el método. Queremos que nos ayude a matar a todos los metahumanos, empezando por el Liberty Squad.
CONTINUARÁ
Si, así es. Espero que les halla gustado (más detalles sobre el relato en mi blog, al que pueden acceder desde mi firma).
Ahora, seguro notaron el hecho de que en el relato prácticamente no hay descripciones de los personajes; ésto es por que concidero que es una historia que sin duda quedaría muy bien en formato comic, y así lanzo la convocatoria para ver si alguien se anima a dibujarlo.
En caso de que les interese pueden mandarme un MP
Y bueno, incluso si no están interesados en dibujarlo, aún así denme su opinión
Es un relato de superhéroes, y bueno, dejaré que el relato hable por sí mismo:
The Grim Watcher
Es más de medianoche, y me complace decir que las calles están calladas y tranquilas como pocas veces a ésta hora. Casi puedo escuchar el susurrar de un televisor en el interior de algún departamento cercano, en contraste con los ruidos de crimen y violencia a los que ésta ciudad me tiene acostumbrado la mayoría de las noches.
Si la cosa sigue así, probablemente considere terminar la ronda de hoy más temprano e ir a dormir unas horas más, que buena falta me hacen.
Y entonces el sonido de una gran explosión llega hasta mis oídos, proveniente de unas calles hacia el norte, cerca del centro de la ciudad.
Me olvido de las merecidas horas de descanso que ya no podré disfrutar y me dirijo hacia el lugar de la explosión, saltando sobre los tejados.
Mientras más cerca estoy de la escena, mas ruidos de conmoción se hacen oír. Gritos de miedo e ira, golpes, explosiones, y otros ruidos inidentificables.
Finalmente llego a la zona del percance. Desde lo alto de un edificio de departamentos veo la escena que se lleva a cabo en medio de un cruce cualquiera.
Para mi infortunio, en la escena se encuentra el Liberty Squad con toda su planilla al completo. Parece ser que todo el embrollo deriva de un combate contra alguna súper amenaza. Que raro.
Los súper paletos luchan contra un individuo lampiño, musculoso y ultra violento.
Observo la situación por un momento, para determinar si mi intervención será necesaria.
Entonces el individuo hostil le da un golpe de lleno en la cara a Captain Savior, que lo saca volando en dirección a un edificio, con el cual choca, reduciéndolo a escombros, de entre los cuales sale el autoproclamado “superhéroe”, sangrando.
Por un segundo, me pasa por la cabeza el pensamiento de que ni siquiera mi intervención va a ser suficiente para terminar con éste asunto.
Luego recuerdo quien soy y lo que puedo hacer, y sonrío.
Bajo a nivel de calle y me acerco a la escena a paso tranquilo; ni el Liberty Squad ni su formidable oponente se percatan de mi acercamiento, tan enfocados en su escaramuza y la destrucción sin sentido que la misma ocasiona.
Uno a uno, el desconocido abate a los miembros del escuadrón, Lady Fortune y Mr. Cavalry están ya inconcientes; ninguno parece capaz de detenerlo, aunque viendo lo que le hizo a Captain Savior, no me sorprende; el capitán es el más imbécil del equipo, pero también el más poderoso, al punto de haber sobrevivido a una explosión nuclear, como le gusta contar a todo aquel lo suficientemente tonto como para querer escucharlo.
Tech-Man, el único miembro del Liberty Squad que no considero un imbécil (prueba de ello es que es el único que no ha entablado combate cuerpo a cuerpo contra el sujeto que se entretiene azotando al resto del equipo), se percata de mi presencia, y mientras me acerco, me dice:
– ¡Grim! Que bueno que te apareces. Justo estaba pensando en tratar de localizarte; como podrás ver tenemos una situación algo descontrolada entre manos.
– Me doy cuenta, pero dudo que hubieras podido contactarme. No cargo nada electrónico conmigo.
Tech-Man posee tecnoempatía. Según entiendo, comprende el funcionamiento de cualquier máquina electrónica y puede aprovechar los recursos de las mismas a un nivel de cualquier otra manera imposible. No es una habilidad tan impresionante en sí misma. Pero el traje de Tech-Man, a diferencia de los de los otros “superhéroes”, no es solo ornamental; es una computadora bastante potente (lo que explica que tenga un CPU en la espalda) que gracias a sus poderes posee funciones que en la actualidad se consideran únicamente de ciencia ficción, desde saquear cuentas bancarias hasta tomar el control de satélites del gobierno sin mucho esfuerzo. O eso dice.
– ¿Cuál es la situación? ¿De donde demonios salió ése tío? He visto como le remodelaba el rostro al capitán.
– Hasta ahora no es mucha la información que he podido sacar en limpio. – explica Tech-Man; puedo escuchar claramente el ruido de procesadores viniendo de su traje. – El hombre es Jack Gross. Era un guardia de seguridad encargado del ala de metacriminales en la prisión estatal. Entre hechos y conjeturas, he llegado a la teoría de que, de algún modo, se activó un súper poder latente en Gross, y asimiló los poderes de tres de los criminales del ala: Titan, Vibrator y Feral.
– Espera. ¿Me estás diciendo que existe un supervillano con el nombre de “Vibrator”?
– A mi qué me cuentas, yo no le puse el nombre.
– ¿Y cuales son sus poderes? ¿Realizarles vibromasaje a las damas?
– Su cuerpo genera vibraciones que pueden llegar a ser tan potentes como para pulverizar concreto al contacto – responde Tech-Man con voz seria, del tipo “tu chiste no me dio gracia”, así que vuelvo a enfocarme en el problema.
– Está bien, pongámonos serios. ¿Cuales son los poderes de los otros dos?
– Titan posee fuerza, resistencia y durabilidad de niveles similares a los de Captain Savior, y Feral tiene agilidad y sentidos aumentados, así como factor curativo y un desarrollado instinto animal.
– Vaya, con esos poderes sí que es un tío poderoso. Pero ustedes son el Liberty Squad, tienen a varios pesos pesados. ¿Cómo es que no han podido detenerlo?
– Yo tampoco me expliqué eso al principio. Sin embargo, los datos que he estado recopilando durante la batalla parecen indicar que el poder de Gross sigue activo. Asimila un poco de las habilidades de los miembros del escuadrón con cada golpe que intercambia con ellos.
– ¡Mierda! ¿Y estás tan tranquilo? Si dejamos que esto siga va a añadir la lista completa de los poderes del Liberty Squad a su repertorio.
– Si, bueno. Estaba teniendo un ataque de pánico hasta que llegaste.
No estoy seguro de si el comentario fue sarcástico o no.
– Que el líder de tu equipo no te escuche hablar así.
Sin esperar respuesta de Tech-Man avanzo hasta donde está Gross, con los demás integrantes del Liberty Squad, hechos talco a su alrededor.
Casi todos los edificios de las cuadras circundantes han sufrido daños, si no es que han sido destruidos por completo.
– ¿Qué mierda te pasa, Gross? ¿Por qué no puedes llevarte bien con los demás niños? – pregunto yo.
Gross se retuerce violentamente, babea, sus ojos se salen de sus órbitas y gruñe furibundo. Y cuando escucha mi pregunta y se percata de mi presencia, lo único que logra articular es:
– ¡MUCHO PODER! ¡NO PUEDO CONTROLARLO! ¡TENGO QUE DEJARLO SALIR!
Si, bueno. Eso lo explica todo.
Gross se lanza hacia mí; parece ser que ya no necesita retorcerse y babear ahora que tiene un objetivo sobre el cual derramar su concentrado poder.
– Tranquilo amigo, ¿dónde me viste las mallas de colores brillantes? Si me pegas como le has pegado a estos tíos, me vas a hacer pedazos.
Obviamente mis palabras no bastan para detenerlo, pero se frena un poco en el último momento; supongo que lo poco que le queda de conciencia pugna por salir. En lugar de darme un golpe de esos que destruyen montañas, me toma del cuello.
Debe costarle mucho trabajo y voluntad contener su desmedida fuerza como para no aplastarme el cuello y hacer que mis ojos se salgan de sus cuencas y los sesos se me derramen por los oídos. Casi siento pena por lo que voy a hacerle.
Me convierto en una viscosa, fétida y desagradable serpiente entre las manos de Gross. Me escurro entre sus dedos sin que su brutal súper fuerza pueda hacer algo para evitarlo, y me deslizo rápidamente por su brazo hasta llegar a su hombro, paso alrededor de su cuello y finalmente llego a la altura de su oído, y le susurro con una voz siseante y maligna que voy a dejar huevecillos dentro de su cerebro.
Acto seguido mi victima aún sin poder verlo, siente como me deslizo dentro de su oído y penetro en el interior de su cabeza, decidido a cumplir mi amenaza.
Gross, desesperado, se lleva ambas manos a los oídos, y justo como espero que pase, utiliza sus poderes vibratorios sobre su cabeza.
Su piel podrá entrar en contacto con roca fundida sin siquiera enrojecer, y sus huesos serán virtualmente indestructibles, pero su cerebro sigue siendo un cerebro común, y no puede evitar que éste se haga puré cuando es azotado por vibraciones que pulverizan concreto.
Y así, Jack Gross muere, aún con las manos en la cabeza y un gesto de horror en el rostro. Y yo, de pie frente a él, justo en el lugar donde me agarró del cuello, y no me he movido ni un centímetro desde que eso pasó; lo que Gross vio, escuchó, olió, sintió e incluso saboreó desde ése momento, no fue más que una ilusión creada por mí para guiarlo hasta su muerte.
Me arriesgué bastante. Si no se hubiera contenido en el último momento y de verdad me hubiera golpeado, me habría volado la cabeza del golpe, o algo parecido. Pero me creyó cuando le dije que no era uno de esos súper payasos. Es la ventaja de no andar por ahí enfundado en un traje de uno de los colores primarios, ni dar entrevistas ni hacerse popularidad; muchas personas aún piensan que soy una leyenda urbana, la mayoría de los que me ven en acción no saben como me llamo, y absolutamente nadie sabe como funcionan mis poderes exactamente.
Y a mí eso me parece genial. Mientras menos sepan de mí, más libertades tengo para actuar como se debe.
Los miembros del Liberty Squad se levantan uno a uno y contemplan mi hazaña, honestamente sorprendidos. La mayoría no tiene ni idea de lo que sucedió. Los pocos que aún estaban concientes solo vieron como Gross, luego de echarme las manos encima, repentinamente decidía soltarme y utilizar sus poderes vibratorios sobre su propia cabeza.
Captain Savior se acerca a mí, sin saber si poner en su estúpido rostro una sonrisa o un seño fruncido, resultando su expresión una combinación de ambas cosas.
– No me malinterpretes, Grim Watcher, de verdad aprecio que no hayas ayudado, pero ¿tenías que matarlo? Era un hombre inocente, víctima de las circunstancias.
– Claro, por eso estaban ustedes luchando a golpes con el, ¿verdad? – respondo yo; me importa un carajo que el tipo al que le estoy respondiendo se haya introducido en el interior de un volcán activo para apagarlo hace apenas una semana.
– Estábamos tratando de contenerlo, cosa que, con tus habilidades, seguramente habrías logrado – es la respuesta que recibo de un airado Captain Savior.
– Es estúpido hacer esa aseveración cuando ni siquiera sabes como funcionan mis poderes, cap. El tipo estaba absorbiendo los poderes de los metahumanos que tocaba, si trataba de contenerlo habría logrado asimilar mi poder y utilizarlo contra mi, contra todos.
– Entonces debiste dejárnoslo a nosotros, habríamos podido manejarlo eventualmente – responde el capitán, tratando de no ofenderse por el hecho de que lo llamé estúpido.
– Intenta ser un poco lógico, para variar. Con cada segundo que se mantenían luchando lo volvían más fuerte. Al final les habría pateado el culo a todos ustedes. E incluso si eventualmente hubieran descubierto una manera de contenerlo, para entonces Gross ya habría arrasado toda la ciudad, como mínimo.
– ¿Toda la ciudad? Exageras un poco – el cap ríe fingidamente, y hace un ademán con la mano, como descartando la posibilidad de que algo así pudiera pasar jamás.
– ¿Exagero? Mira a tu alrededor, pedazo de imbécil. En los pocos minutos que duró su enfrentamiento se cargaron más de cuatro cuadras. ¿Dónde mierdas van a vivir ahora éstas personas? Me refiero obviamente a las que sobrevivieron a toda ésta mierda.
Mi voz se ha tornado fría y colérica. Me hierve la sangre de ver la actitud de ése hombre, que piensa que todo salió a pedir de boca esta noche.
– ¡Nos culpas a nosotros como si fuéramos los que comenzamos a destruir la ciudad sin razón! – responde alzándose de hombros, como un niño que piensa que está siendo regañado sin motivo.
– Gross no lo hubiera podido hacer tan bien él solo. Solo ponte a contar contra cuantos edificios te estampó.
– ¡Aún así! ¡El punto es que, el hecho de que tengas el poder para matar a las personas no significa que debas hacerlo!
– Con mi poder, podría matarte a ti y a todo tu Liberty Squad. Y a todas las personas de la ciudad, de paso. Pero no lo hago. Ustedes, en cambio, con sus poderes podrían agarrarse de hostias con tipos como Gross y arriesgar o destruir cientos o hasta miles de vidas. Y lo hacen – con la primera parte de mi aseveración (en la que digo que podría matarlos) todo el Liberty Squad se pone en tensión, que evoluciona en indignación cuando termino de hablar.
– ¡Sigues con eso! Nosotros no usamos nuestros poderes para matar – el capitán responde altivo y orgulloso, como si se sintiera superior a mí.
– ¿Eres retrasado? Te apuesto lo que quieras a que mataste a más de una persona ésta noche, cuando tu súper culo atravesó ésos edificios a toda velocidad. Seguramente la mayoría de la sangre que traes en el traje no es tuya. ¡Te escandalizas por una vida que ya estaba perdida, cuando por la ineptitud tuya y de tu equipo estaban muriendo cientos! – está de más decir que pocas veces alguien me ha hecho enojar tanto como éste pedazo de autoproclamado “superhéroe”.
– Veo que nunca podremos estar de acuerdo, Grim. Pero la oferta que te hice de unirte al escuadrón sigue en pie, aunque tendrías que cambiar un poco tus métodos – responde Savior, como si no hubiera escuchado mi último comentario.
– Al demonio. No pienso jugar bajo las reglas de un puñado de retrasados en trajes ajustados.
– Sería bueno para todos. No solo podrías usar tus habilidades donde más se les necesitara, sino que además mejorarías tu imagen pública, que no es nada positiva.
– ¿Desde cuando esto se trata de imágenes públicas? Además, ¿quién te dijo que tu circo andante llamado escuadrón tiene una buena imagen pública? – quiero terminar ya con ésta conversación, pero parece que éste tipo saca lo más ácido de mí.
– ¡Pero que pregunta! Somos los héroes favoritos de America, nuestros nombres significan esperanza, libertad, justicia… – el pecho de Captain Savior se hincha de orgullo mientras habla.
– ¿Se puede ser más estúpido? La gente pronuncia el nombre de tu pandilla con miedo.
– ¿Miedo? ¿Pero de que hablas? – el desconcierto del hombre es auténtico, lo que hace su situación aún más patética.
– ¿Traes ése estúpido traje puesto las veinticuatro horas? ¿Es que no te rebajas a convivir con los simples mortales? Pues yo si, y los escucho todos los días. No tienes idea del miedo que sienten las personas, miedo de que, en cualquier momento, en su casa o en su oficina, de pronto una pared va a volar en pedazos y dos tipos que pueden arrancar cabezas con las manos entren como si tal cosa y se den de hostias ahí, sin importarles el daño colateral.
– Si todo eso fuera verdad, ya habríamos escuchado quejas de la gente, pero nadie nos dice nada.
– ¡Por que les tienen miedo! Ni la sociedad, ni el gobierno, ni la ley, nadie los quiere.
– ¿Si? Entonces explícame, ¿por qué trabajamos de manera conjunta con las autoridades?, ¿por qué el gobierno y la ley nos respaldan?
Definitivamente Captain Savior es más idiota de lo que creí que podía llegar a ser alguien vestido con apretadas mallas amarillas, así que luego de un fuerte suspiro me decido a explicarles como si de niños pequeños se tratara, ya que no solo el capitán, sino también el resto del equipo de payasos me mira sin comprender.
– Creo que nadie se los ha dicho, así que les haré el favor. Estamos en el mundo real, esto no es un comic. El gobierno no tiene prisiones especiales para súper criminales, con campos de fuerza y esposas que puedan contener a tipos que pueden partir el planeta en dos, el ejército no tiene pistolas que lancen rayos láser que atraviesan todo o atacan el sistema nervioso ni robots de combate, súper armados y dirigidos con el pensamiento.
– No entiendo tu punto – dice el capitán alzándose de hombros nuevamente, poniendo la cara más estúpida de la que es capaz.
– No me sorprende. El gobierno los tolera simplemente por que no tiene como lidiar con ustedes, los llamados “superhéroes”, ni con los llamados “supervillanos”, así que simplemente los dejan romperse la cara mutuamente (las llamadas “Ala de metacriminales” de las prisiones estatales no son mas que un pseudo hospital donde los convictos con súper poderes son llenados de drogas para mantenerlos dóciles todo el tiempo). Los daños que eso ocasiona son terribles, pero es mejor que tratar de detenerlos. Muchos de ustedes soportan ataques nucleares y cosas similares; tendrían que destruirse ciudades en el proceso de intentar matarlos o tan siquiera someterlos.
Pero escucha bien ésta advertencia, capitán. Un día el gobierno va a descubrir un método de contener o matar a todos los metahumanos sin que haya daños colaterales. Y cuando lo haga, no usará ése método únicamente con los que tú crees que son los malos, sino contra todos, incluyendo a tu equipo y ti. Disfruta de tus días de gloria mientras duren, y reza por que se mantengan muchos años.
Y con esas últimas palabras, les doy la espalda al Captain Savior y al Liberty Squad sin darles oportunidad de contestar, y me pierdo en la oscuridad de la noche.
Minutos después comienzo a pensar que la he cagado. Tal vez no debí decirles todo eso; me dejé llevar por el asco y la repulsión que me producen esos remedos de justicieros.
Ellos un día despertaron y descubrieron que podían hacer cosas que nadie más, o tuvieron un accidente completamente fortuito y aleatorio que pudo sucederle a cualquiera. Ningún designio divino decidió otorgarles ésos dones, lo que es más, si hubiera ocurrido en el día incorrecto de la semana, tal vez muchos de ellos habrían terminado siendo súper criminales.
Se lo que estarán pensando. ¿Por qué yo soy diferente? Después de todo, también poseo poderes que ningún otro humano.
Hace un par de años, tuve un encuentro con Poetic Justice.
Muchos tal vez ya no lo recuerden, o tengan solo un conocimiento vago de éste ser, que parece más una entidad que un simple individuo.
Poetic Justice fue el primer metahumano en ser considerado una amenaza a nivel planetario. Era un hombre que descubrió que tenía el poder de “darle lo que se merece” a cualquier persona. Nunca se supo con certeza como funcionaba su poder, ni de bajo que criterios juzgaba, el hecho es que, cuando comenzó a utilizar sus poderes, algunos individuos caían abatidos ante su mirada, con heridas como de bala o cuchillo en sus cuerpos sin haber sido atacados, y tiempo después se descubría que dichas personas habían matado a otros usando los mismos métodos por los cuales Poetic Justice los ajusticiaba.
Entonces un día Poetic Justice anunció que planeaba utilizar su poder sobre el mundo al completo. Todos y cada uno de los seres humanos tendrían lo que se merecían.
La idea aterró a la mayoría del mundo. La gente comenzó a preguntarse si no seríamos todos castigados. Después de todo, el egoísmo y cierto grado de malicia parecía ser natural en todo ser humano, y todos se preguntaban si a lo largo de sus vidas habían hecho más mal que bien, o viceversa.
Pero entonces Saviors Now, el más grande, el primero y el mejor súper equipo de todos los tiempos, habló con Poetic Justice y lo convenció de que lo que planeaba hacer, si bien en términos generales era “justo”, no necesariamente haría del mundo un mejor lugar.
Y Poetic Justice desapareció, y nadie volvió a saber de él.
Hasta que se manifestó ante mí hace un par de años, como ya dije. Y usó sus poderes sobre mí.
Por eso sé que soy diferente de todos los demás pseudo héroes, que lo único que buscan en realidad es fama y popularidad, como la de los primeros y verdaderos superhéroes. Mis poderes se me fueron otorgados por que me los merecía.
Cuando Poetic Justice utilizó sus poderes sobre mí, pude haber muerto o recibido un castigo, pero en lugar de eso fui compensando con éstos dones.
Y es por eso que los utilizo para salvar la mayor cantidad de vidas que puedo.
Nunca le he contado ese encuentro con Poetic Justice a nadie. Seguramente me creerían un loco, pero yo sé que es real. Y es que incluso aunque me lo hubiera imaginado, ¿cómo podrían explicar entonces éstos poderes?
En fin, una calle antes de llegar al edificio en el que está mi departamento, me interno en un callejón y me quito la capucha, que guardo en una bolsa. Salgo del callejón convertido nuevamente en William Miller, un simple trabajador social.
No sé si en el caso de los pseudo héroes sea como en los comics y bajo los trajes ridículos hay reporteros, fotógrafos y millonarios bastardos, pero en mi caso no soy nadie especial, y nunca he sido vinculado con Grim Watcher (mi álter ego) ni por accidente.
Entro en el edificio caminando de puntitas y lentamente para no hacer ruido, pues aún faltan varias horas para el amanecer y mis vecinos duermen. Subo escaleras y llego finalmente a mi hogar.
Dejo la bolsa que contiene mi capucha en el suelo y me preparo para tirarme en la cama y dormir unas pocas horas, cuando siento una especie de piquete en el cuello. Paso mi mano por la zona afectada y encuentro algo adherido a mi piel. Lo arranco de un tirón y me lo acerco a los ojos para ver de qué se trata.
Es un pequeño dardo. Entonces mis ojos se cierran y caigo vertiginosamente, sabiendo que no es por culpa del cansancio.
Vuelvo a estar conciente. Pero no sé mucho más. Estoy sentado, atado de pies y manos, y con algo cubriendo mis ojos. Comienzo a forcejear, para ver si puedo liberarme.
– Oh, no se moleste Mr. Miller. ¿O debería llamarlo Grim Watcher?
Me quedo helado al escuchar aquello.
– Así es, William. Conocemos su identidad secreta. Pero no tema, no es que vayamos a difundirla o algo así. Entiendo que para ustedes es muy importante eso del secretismo.
– ¿Quién eres y que quieres? – apenas y tengo fuerzas para preguntar.
– No me gusta hablar con rodeos, hijo, así que iré al grano. Somos el Gobierno, y tal vez no tengamos prisiones especiales para súper criminales, con campos de fuerza y esposas que puedan contener a tipos que pueden partir el planeta en dos, ni pistolas que lancen rayos láser que atraviesan todo o atacan el sistema nervioso, ni robots de combate, súper armados y dirigidos con el pensamiento. Pero si tenemos espías e investigadores. Todo lo que le dijiste al Liberty Squad sobre los verdaderos sentimientos del pueblo y el gobierno es verdad.
– Vale, escucharon mi conversación con esos peleles, me tienen sorprendido. ¿Ahora que sigue?
– Resulta que ya descubrimos un método para cargarnos a todos los metahumanos, y planeamos usarlo sin distinción contra “superhéroes” y “supervillanos” por igual.
– Bien por ustedes. ¿Piensan usarme como conejillo de indias?
– No, William. Me parece que no ha entendido bien. Usted es el método. Queremos que nos ayude a matar a todos los metahumanos, empezando por el Liberty Squad.
CONTINUARÁ
Si, así es. Espero que les halla gustado (más detalles sobre el relato en mi blog, al que pueden acceder desde mi firma).
Ahora, seguro notaron el hecho de que en el relato prácticamente no hay descripciones de los personajes; ésto es por que concidero que es una historia que sin duda quedaría muy bien en formato comic, y así lanzo la convocatoria para ver si alguien se anima a dibujarlo.
En caso de que les interese pueden mandarme un MP
Y bueno, incluso si no están interesados en dibujarlo, aún así denme su opinión
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