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Bueno, este es un relato largo, un fanfic de warhammer 40.000, pero no se preocupen si desconocen de que se trata, no hace falta para entender el relato. Sin más preambulos:
El Tisorios, nativo del planeta Tangelis, del subsector Magrott, es uno de los depredadores más temibles y mortíferos del planeta. Mortal, hermosamente rapido y fuerte, esta criatura al contrario de lo que se rumorea, no es un peligro para las poblaciones humanas del planeta, sino al contrario ya que su alimentación es uno de los pilares del ecosistema del mundo, o mejor dicho, era, pues ahora el último ejemplar de su especie acaba de morir aplastado bajo una enorme bota. Aunque a nadie le importa, no en este mundo, ni en este universo donde la humanidad, que se ha esparcido por toda la galaxia, vive una interminable y desesperada batalla por su supervivencia contra alienigenas,demonios y traidores, por lo que una especie menos no es algo que importe, especialmente aunque quizás los únicos que noten su extinción sean a sus asesinos, un grupo de violentos orkos, cuando se den cuenta de que no se encontraran peleando con más de esas cosas, aunque poco duraría, pues la raza orka consigue contrincantes en cualquier sitio:
-!Eh, Eztrujakozaz! - le grito uno de los orkos a un compañero de tamaño similar, que estaba devorando lo que quedaba del cuerpo del antes imponente Tisorios-! Eze trozo ez mio!
-!¿ Y no vaz a venir a buzkarlo?! - El otro orko no tardo en responder a la vacilación de Eztrujakozaz, abalanzándose encima de el, golpeándose uno a otros, pero la pelea fue rotundamente terminada cuando dos rápidos golpes, que hubieran partido cráneos humanos, cayeron sobre ambas cabezas, volviendo la atención hacia el gigantesco noble , que los doblaba de tamaño y los miraba con arrogancia y rabia: ( es decir, la mirada típica de cualquier orko hacia alguien más pequeño que él)
-! Vozotros, eztupidoz kanijoz! ¡ Loz chikoz de Urglain pronto eztaran aki y el jefe kiere ke le demoz un zaludo al eztilo Zangre Verde, azi que preparaoz zi no kereís que también oz zalude! - Gulazk era como todo noble orko, encargado de hacer que las ordenes de su kaudillo, el orko más grande de la tribu, se cumplieran, una de las cosas que mejor sabía hacer, por debajo de pelear, aunque muchas veces las dos actividades eran complementarias. Sus rugidos estabilizaron al resto de la horda orka preparando estos, sus largas armas blancas conocidas como “ rebanadoras” y recargando sus toscas pistolas y otras armas de fuego.
-! Aki eztán, jefe! - el que hablo no fue ninguno de los orkos sino la espalda de Gulazk o mejor dicho el pequeño ser verde, encerrado en una jaula casi de su mismo tamaño que estaba situado en ella, que había visto en el camino a un polvoriento y destartalado kamión acercarse hasta donde estaban,- ! Y zon muchos!¡ Noz van a venzer!
Gulazk le dio un codazo a la jaula, arrancando una maldición a la pequeña criatura.
-! No, kanijo! - el bestial noble orko saco entonces su arma particular, una gigantesca hacha de dos manos con alguna especie de motor unido primitivamente a la hoja, haciendo mover el arma - ! Elloz van a perder!
-Pero, jefe... ez verdad, zon muchos, maz ke todoz nosotroz juntoz... ¿ ke hazemoz? - inquirió el orko, Krotiuz Ñakañaka que se había peleado con Eztrujakozaz, armado ahora con una burda metralleta.
-!No importa, ganaremos¡ !Kada uno de nozotros vale....muchoz de elloz!¡ Tenemoz mejores dakkas y chikoz! ¡Elloz ni agallaz!¡ Ahora, vamoz, zaludazlez y empezemos!
Así, uno de los orkos, disparo contra el kamión una especie de misil, impactando en la parte trasera, devastando las ruedas y también a muchos de los orkos apostados allí, que al ver a la tropa de Gulazk correr hacia ellos con un gran y estruendoso !Waaaaaaagh!, no tardaron en saltar del vehículo para enfrentarlos, todos menos uno, que sostenía una gran akribilladora y disparaba su mortal fuego hacia sus enemigos, cayendo algunos, aunque no aminoro la marcha y los dos grupos se enzarzaron en combate. Gulazk aplasto a su primer adversario con un potente golpe vertical de su hacha, reduciendo al orko a pulpa verde y luego continuando con un pesado arco que partió a la mitad a dos orkos enemigos y a un tercero amigo, pero de repente el artillero dirigió su akribilladora contra el noble, recibiendo este varios potentes disparos que lo hicieron caer al suelo y aunque las balas no llegaron a atravesar su dura armadura y piel, el dolor no hizo más que enfadarle, fijando su atención en el artillero, contra el cual lanzo su hacha que impulsada por la enorme fuerza del orko, choco contra el orko y el arma, haciendo explotar a ambos en una colorida explosión verde. Así, desarmado, Gulazk no pudo detener el embate de otro orko, seguramente el noble enemigo, casi de su mismo tamaño, con dos grandes rebanadoras que clavo una y otra vez en la piel de su rival
-!Ja, ja, ja, ja!¡ Remojare nueztraz armaz en vueztraz patetikaz agallaz, kanijoz!¡ No erez nada para Urglain y menoz para mi!
Pero Gulazk no se había rendido y agarrando los brazos de su oponente, le sacudió un potente cabezazo que lo hizo retroceder, aprovechando entonces para abalanzarse sobre él golpeándole la cara varias veces con sus manos desnudas:
-! Tu no podríaz ni con un rozado! ¡ Ni con un delgaducho orejudo!¡¡ Yo zi!¡ Yo puedo kontigo y kon todoz! - el noble continuo pegandole hasta que la cara de su enemigo, acabo aplastada e irreconocible, arrancando entonces su enemigo una de las hileras de dientes y usando esta como arma durante el resto de la batalla que termino cuando los chikoz de Urglain huyeron ante la ferocidad y la fuerza de sus enemigos que vociferaron mientras Gulazk alzaba la hilera de dientes de su enemigo como trofeo. Había sido una buena batalla, que fue aún más buena a la hora del saqueo, pero para el noble orko no había sido suficiente, pues el no quería luchar siempre contra las otras tribus de orkos, ya que por muy divertido que fuese, sabía que en los valles había muchos humanejoz, que eran más debiluchoz que cualquier orko, pero si les atacabas bien, el noble sabía que vendrían más humanejoz, cada vez más grandes y fuertes, empezando entonces una gran batalla sin fin y enormemente entretenida. Eso era lo que quería Gulazk y eso era lo que pronto conseguiría...
La nave imperial apareció de la nada en el frió vació del espacio, como si hubiera atravesado el espacio y el tiempo mismo, que en realidad era justo lo que había hecho, ya que acababan de salir de la disformidad, algo que en el interior de la nave significaba un momento tenso, como se podía comprobar en la conversación de dos de sus tripulantes:
-Maldita sea, odio la disformidad, te juro que cuando la atravesamos, escucho cosas... voces o algo. Te juro por el Emperador que es lo que más odio.
-A mi lo que me pone de los nervios son los malditos murmullos del astrópata cuando estamos en ella, menos mal que esta vez no estuvimos mucho tiempo en ella.
-Oye, no te confíes en eso, el tiempo en ese lugar es engañoso. Una vez, me contaron que una nave comercial que entro en la disformidad para un viaje corto a otro sector tardo nada más que unas pocas horas en llegar, pero cuando lo hizo, se descubrió que para la nave en la disformidad habían pasado siglo, o milenios quien sabe, pero cuando la encontraron y descubrieron su estado, hicieron una expedición a su interior... y de pronto volaron la nave en miles de pedazos. Mejor no saber lo que había allí.... nosotros tendremos suerte si llegamos en el tiempo correcto.
-Por Terra...
-Comprobación de vuelo- dijo una voz desde unos altavoces,era la del capitán de la nave.
-Aquí torreta de cola, todo en orden – dijo uno de los tripulantes, Hain, el encargado de la sección que al igual que el resto dio confirmación de su estado. Los dos hombres volvieron a sus tareas, cuando de repente los altavoces volvieron a sonar, aunque esta vez mucho más estridentes y alarmantes:
-! Tenemos un contacto no identificado atacándonos!¡ Preparaos para...! - el mensaje fue interrumpido cuando toda la nave tembló de forma horrible y un increíble ruido ensordeció a los tripulantes.
-!¿Que ha sido eso?! - inquirió, terriblemente asustado Hain, quien se acerco como pudo hasta el transmisor: - Aquí torreta de cola, ¿ que esta pasando?- el silencio fue la única respuesta que recibió el tripulante - ¿ Alguien?
Entonces entro en el lugar algo que aterro a los dos hombres más allá de lo imaginable... una figura, enfundada en una enorme armadura que superaba en tamaño a los dos hombres, casi a los dos juntos, quienes no tardaron en reconocer al ser, pues solo habían unos seres capaces de ese tamaño y ese aspecto: los marines espaciales, los humanos mejorados geneticamente para convertirse en los Astares, la fuerza de élite del emperador, pero por desgracia ese marine parecía haber abandonado al emperador hacia mucho tiempo, como demostraba su armadura llena de cientos de extraños y profanos amuletos y decoraciones, algo que lo situaba al otro lado de la balanza: era un marine traidor, uno de los herejes, quienes hacia milenios traicionaron al Emperador por los grandes terrores de la disformidad, los llamados dioses del Caos.
-Decidme...¿ alguno de vosotros sabe donde esta la bóveda de carga? - la voz, agravada por el casco, sonaba como un trueno, aunque eran de un tono extrañamente amable, aunque eso no hizo que los dos tripulantes, aterrados y temblando de miedo, contestaran, por lo que el marine agarro por el cuello como si de un muñeco se tratase a Hain: ( nunca mejor dicho, ya que el pobre hombre ni se podía mover)
-Voy a volver a repetir y esta vez, quiero una respuesta... tengo algo de prisa.¿ Donde esta la bóveda de carga?- y esta vez, Hain pudo alzar su brazo para indicar el camino al marine, que lo llevo consigo, ignorando a su terriblemente aterrado compañero, que estuvo de cuchillas y con los ojos cerrados tiempo después de quedarse solo, hasta que entonces, vio a una sombra pasar a su lado...
Hain y el marine llegaron a la bóveda, llena esta de cientos de grandes cajas, que nada más llegar, el marine, tras tocar uno de sus amuletos, empezó a apartar como si nada el cargamento, hasta que se paro en una de las cajas y la abrió con las manos, quitando los cereales y demás alimentos de su interior hasta sacar una extraña caja, que abrió con facilidad, dejando a la vista una piedra blancuzca que Hain no pudo reconocer:
-Tu turno, bibliotecario caído.
De la nada entonces apareció otra figura, otro marine espacial del mismo tamaño que el primero, aunque mucho más aterrador, ya que su armadura estaba decorada con caras y signos demoníacos, moviéndose y suplicando alguno de las primeros y además, solo con mirarle, Hain sentía un extraño mareo y dolor de cabeza, viéndolo además todo como si estuviese rodeado por una espesa bruma.
-Soy un hechicero, Coleccionista, manejo fuerzas que ningún bibliotecario soñaría jamas. No te atrevas a rebajarme de tal modo.
- Antes, como todos los hechiceros, fuiste un bibliotecario ¿ no? Es justo entonces llamarte bibliotecario caído, al contrario que hechicero- contesto el Coleccionista- Una palabra que utilizan los ignorantes para disfrazar las cosas que no entienden... y yo puedo ser muchas cosas, pero ignorante no es una de ellas... sin embargo no estamos aquí para discutir trivialidades, debes cumplir con tu tarea.
-Tu sabes que necesito un sacrificio para efectuar este hechizo... Deberías presentarte voluntario.
-No gracias, ¿ para que crees que le he traído a él? - El Coleccionista señalo al aterrado Hain, que contemplo como el hechicero alzaba su mano hacia el y de su palma salieron unas extrañas energías que dibujaron arcanos y profanos símbolos alrededor del hombre, quien fue sujetado en el aire por cadenas invisibles, gritando de dolor mientras la energía demoníaca destrozaba poco a poco su cuerpo hasta que su cuerpo se desgarro en una explosión de sangre roja que fue dirigida por el hechicero hacía la piedra que situada en el suelo, lo baño con la sangre, que pareció ser tragada por la piedra.
-¿ Y entonces?¿ Ya conoces su procedencia? - pregunto un poco impaciente el Coleccionista.
Si... el subsector Magrott.
Próximamente:
La Violencia como forma de vida
El Principio de una bella Colección
PD: La portada se toma como referencia, los protagonistas no tienen ese aspecto, aunque se les acerca más o menos ( mucho menos en el caso del Coleccionista)
Dos caras de diferentes monedas
Nuestra especie por encima de las demás
El Tisorios, nativo del planeta Tangelis, del subsector Magrott, es uno de los depredadores más temibles y mortíferos del planeta. Mortal, hermosamente rapido y fuerte, esta criatura al contrario de lo que se rumorea, no es un peligro para las poblaciones humanas del planeta, sino al contrario ya que su alimentación es uno de los pilares del ecosistema del mundo, o mejor dicho, era, pues ahora el último ejemplar de su especie acaba de morir aplastado bajo una enorme bota. Aunque a nadie le importa, no en este mundo, ni en este universo donde la humanidad, que se ha esparcido por toda la galaxia, vive una interminable y desesperada batalla por su supervivencia contra alienigenas,demonios y traidores, por lo que una especie menos no es algo que importe, especialmente aunque quizás los únicos que noten su extinción sean a sus asesinos, un grupo de violentos orkos, cuando se den cuenta de que no se encontraran peleando con más de esas cosas, aunque poco duraría, pues la raza orka consigue contrincantes en cualquier sitio:
-!Eh, Eztrujakozaz! - le grito uno de los orkos a un compañero de tamaño similar, que estaba devorando lo que quedaba del cuerpo del antes imponente Tisorios-! Eze trozo ez mio!
-!¿ Y no vaz a venir a buzkarlo?! - El otro orko no tardo en responder a la vacilación de Eztrujakozaz, abalanzándose encima de el, golpeándose uno a otros, pero la pelea fue rotundamente terminada cuando dos rápidos golpes, que hubieran partido cráneos humanos, cayeron sobre ambas cabezas, volviendo la atención hacia el gigantesco noble , que los doblaba de tamaño y los miraba con arrogancia y rabia: ( es decir, la mirada típica de cualquier orko hacia alguien más pequeño que él)
-! Vozotros, eztupidoz kanijoz! ¡ Loz chikoz de Urglain pronto eztaran aki y el jefe kiere ke le demoz un zaludo al eztilo Zangre Verde, azi que preparaoz zi no kereís que también oz zalude! - Gulazk era como todo noble orko, encargado de hacer que las ordenes de su kaudillo, el orko más grande de la tribu, se cumplieran, una de las cosas que mejor sabía hacer, por debajo de pelear, aunque muchas veces las dos actividades eran complementarias. Sus rugidos estabilizaron al resto de la horda orka preparando estos, sus largas armas blancas conocidas como “ rebanadoras” y recargando sus toscas pistolas y otras armas de fuego.
-! Aki eztán, jefe! - el que hablo no fue ninguno de los orkos sino la espalda de Gulazk o mejor dicho el pequeño ser verde, encerrado en una jaula casi de su mismo tamaño que estaba situado en ella, que había visto en el camino a un polvoriento y destartalado kamión acercarse hasta donde estaban,- ! Y zon muchos!¡ Noz van a venzer!
Gulazk le dio un codazo a la jaula, arrancando una maldición a la pequeña criatura.
-! No, kanijo! - el bestial noble orko saco entonces su arma particular, una gigantesca hacha de dos manos con alguna especie de motor unido primitivamente a la hoja, haciendo mover el arma - ! Elloz van a perder!
-Pero, jefe... ez verdad, zon muchos, maz ke todoz nosotroz juntoz... ¿ ke hazemoz? - inquirió el orko, Krotiuz Ñakañaka que se había peleado con Eztrujakozaz, armado ahora con una burda metralleta.
-!No importa, ganaremos¡ !Kada uno de nozotros vale....muchoz de elloz!¡ Tenemoz mejores dakkas y chikoz! ¡Elloz ni agallaz!¡ Ahora, vamoz, zaludazlez y empezemos!
Así, uno de los orkos, disparo contra el kamión una especie de misil, impactando en la parte trasera, devastando las ruedas y también a muchos de los orkos apostados allí, que al ver a la tropa de Gulazk correr hacia ellos con un gran y estruendoso !Waaaaaaagh!, no tardaron en saltar del vehículo para enfrentarlos, todos menos uno, que sostenía una gran akribilladora y disparaba su mortal fuego hacia sus enemigos, cayendo algunos, aunque no aminoro la marcha y los dos grupos se enzarzaron en combate. Gulazk aplasto a su primer adversario con un potente golpe vertical de su hacha, reduciendo al orko a pulpa verde y luego continuando con un pesado arco que partió a la mitad a dos orkos enemigos y a un tercero amigo, pero de repente el artillero dirigió su akribilladora contra el noble, recibiendo este varios potentes disparos que lo hicieron caer al suelo y aunque las balas no llegaron a atravesar su dura armadura y piel, el dolor no hizo más que enfadarle, fijando su atención en el artillero, contra el cual lanzo su hacha que impulsada por la enorme fuerza del orko, choco contra el orko y el arma, haciendo explotar a ambos en una colorida explosión verde. Así, desarmado, Gulazk no pudo detener el embate de otro orko, seguramente el noble enemigo, casi de su mismo tamaño, con dos grandes rebanadoras que clavo una y otra vez en la piel de su rival
-!Ja, ja, ja, ja!¡ Remojare nueztraz armaz en vueztraz patetikaz agallaz, kanijoz!¡ No erez nada para Urglain y menoz para mi!
Pero Gulazk no se había rendido y agarrando los brazos de su oponente, le sacudió un potente cabezazo que lo hizo retroceder, aprovechando entonces para abalanzarse sobre él golpeándole la cara varias veces con sus manos desnudas:
-! Tu no podríaz ni con un rozado! ¡ Ni con un delgaducho orejudo!¡¡ Yo zi!¡ Yo puedo kontigo y kon todoz! - el noble continuo pegandole hasta que la cara de su enemigo, acabo aplastada e irreconocible, arrancando entonces su enemigo una de las hileras de dientes y usando esta como arma durante el resto de la batalla que termino cuando los chikoz de Urglain huyeron ante la ferocidad y la fuerza de sus enemigos que vociferaron mientras Gulazk alzaba la hilera de dientes de su enemigo como trofeo. Había sido una buena batalla, que fue aún más buena a la hora del saqueo, pero para el noble orko no había sido suficiente, pues el no quería luchar siempre contra las otras tribus de orkos, ya que por muy divertido que fuese, sabía que en los valles había muchos humanejoz, que eran más debiluchoz que cualquier orko, pero si les atacabas bien, el noble sabía que vendrían más humanejoz, cada vez más grandes y fuertes, empezando entonces una gran batalla sin fin y enormemente entretenida. Eso era lo que quería Gulazk y eso era lo que pronto conseguiría...
La Ignorancia del Conocimiento
La nave imperial apareció de la nada en el frió vació del espacio, como si hubiera atravesado el espacio y el tiempo mismo, que en realidad era justo lo que había hecho, ya que acababan de salir de la disformidad, algo que en el interior de la nave significaba un momento tenso, como se podía comprobar en la conversación de dos de sus tripulantes:
-Maldita sea, odio la disformidad, te juro que cuando la atravesamos, escucho cosas... voces o algo. Te juro por el Emperador que es lo que más odio.
-A mi lo que me pone de los nervios son los malditos murmullos del astrópata cuando estamos en ella, menos mal que esta vez no estuvimos mucho tiempo en ella.
-Oye, no te confíes en eso, el tiempo en ese lugar es engañoso. Una vez, me contaron que una nave comercial que entro en la disformidad para un viaje corto a otro sector tardo nada más que unas pocas horas en llegar, pero cuando lo hizo, se descubrió que para la nave en la disformidad habían pasado siglo, o milenios quien sabe, pero cuando la encontraron y descubrieron su estado, hicieron una expedición a su interior... y de pronto volaron la nave en miles de pedazos. Mejor no saber lo que había allí.... nosotros tendremos suerte si llegamos en el tiempo correcto.
-Por Terra...
-Comprobación de vuelo- dijo una voz desde unos altavoces,era la del capitán de la nave.
-Aquí torreta de cola, todo en orden – dijo uno de los tripulantes, Hain, el encargado de la sección que al igual que el resto dio confirmación de su estado. Los dos hombres volvieron a sus tareas, cuando de repente los altavoces volvieron a sonar, aunque esta vez mucho más estridentes y alarmantes:
-! Tenemos un contacto no identificado atacándonos!¡ Preparaos para...! - el mensaje fue interrumpido cuando toda la nave tembló de forma horrible y un increíble ruido ensordeció a los tripulantes.
-!¿Que ha sido eso?! - inquirió, terriblemente asustado Hain, quien se acerco como pudo hasta el transmisor: - Aquí torreta de cola, ¿ que esta pasando?- el silencio fue la única respuesta que recibió el tripulante - ¿ Alguien?
Entonces entro en el lugar algo que aterro a los dos hombres más allá de lo imaginable... una figura, enfundada en una enorme armadura que superaba en tamaño a los dos hombres, casi a los dos juntos, quienes no tardaron en reconocer al ser, pues solo habían unos seres capaces de ese tamaño y ese aspecto: los marines espaciales, los humanos mejorados geneticamente para convertirse en los Astares, la fuerza de élite del emperador, pero por desgracia ese marine parecía haber abandonado al emperador hacia mucho tiempo, como demostraba su armadura llena de cientos de extraños y profanos amuletos y decoraciones, algo que lo situaba al otro lado de la balanza: era un marine traidor, uno de los herejes, quienes hacia milenios traicionaron al Emperador por los grandes terrores de la disformidad, los llamados dioses del Caos.
-Decidme...¿ alguno de vosotros sabe donde esta la bóveda de carga? - la voz, agravada por el casco, sonaba como un trueno, aunque eran de un tono extrañamente amable, aunque eso no hizo que los dos tripulantes, aterrados y temblando de miedo, contestaran, por lo que el marine agarro por el cuello como si de un muñeco se tratase a Hain: ( nunca mejor dicho, ya que el pobre hombre ni se podía mover)
-Voy a volver a repetir y esta vez, quiero una respuesta... tengo algo de prisa.¿ Donde esta la bóveda de carga?- y esta vez, Hain pudo alzar su brazo para indicar el camino al marine, que lo llevo consigo, ignorando a su terriblemente aterrado compañero, que estuvo de cuchillas y con los ojos cerrados tiempo después de quedarse solo, hasta que entonces, vio a una sombra pasar a su lado...
Hain y el marine llegaron a la bóveda, llena esta de cientos de grandes cajas, que nada más llegar, el marine, tras tocar uno de sus amuletos, empezó a apartar como si nada el cargamento, hasta que se paro en una de las cajas y la abrió con las manos, quitando los cereales y demás alimentos de su interior hasta sacar una extraña caja, que abrió con facilidad, dejando a la vista una piedra blancuzca que Hain no pudo reconocer:
-Tu turno, bibliotecario caído.
De la nada entonces apareció otra figura, otro marine espacial del mismo tamaño que el primero, aunque mucho más aterrador, ya que su armadura estaba decorada con caras y signos demoníacos, moviéndose y suplicando alguno de las primeros y además, solo con mirarle, Hain sentía un extraño mareo y dolor de cabeza, viéndolo además todo como si estuviese rodeado por una espesa bruma.
-Soy un hechicero, Coleccionista, manejo fuerzas que ningún bibliotecario soñaría jamas. No te atrevas a rebajarme de tal modo.
- Antes, como todos los hechiceros, fuiste un bibliotecario ¿ no? Es justo entonces llamarte bibliotecario caído, al contrario que hechicero- contesto el Coleccionista- Una palabra que utilizan los ignorantes para disfrazar las cosas que no entienden... y yo puedo ser muchas cosas, pero ignorante no es una de ellas... sin embargo no estamos aquí para discutir trivialidades, debes cumplir con tu tarea.
-Tu sabes que necesito un sacrificio para efectuar este hechizo... Deberías presentarte voluntario.
-No gracias, ¿ para que crees que le he traído a él? - El Coleccionista señalo al aterrado Hain, que contemplo como el hechicero alzaba su mano hacia el y de su palma salieron unas extrañas energías que dibujaron arcanos y profanos símbolos alrededor del hombre, quien fue sujetado en el aire por cadenas invisibles, gritando de dolor mientras la energía demoníaca destrozaba poco a poco su cuerpo hasta que su cuerpo se desgarro en una explosión de sangre roja que fue dirigida por el hechicero hacía la piedra que situada en el suelo, lo baño con la sangre, que pareció ser tragada por la piedra.
-¿ Y entonces?¿ Ya conoces su procedencia? - pregunto un poco impaciente el Coleccionista.
Si... el subsector Magrott.
Próximamente:
La Violencia como forma de vida
El Principio de una bella Colección
PD: La portada se toma como referencia, los protagonistas no tienen ese aspecto, aunque se les acerca más o menos ( mucho menos en el caso del Coleccionista)