Crónicas de un Joven Maravilla

Karpa

Because... I'm Batman
Traduttore
Registrado
Nov 26, 2011
Mensajes
15.196
CRÓNICAS DE UN JOVEN MARAVILLA I
por Karpa

¿Las historias siempre deben comenzar por el principio? Yo creo que no. Generalmente se califica una historia dependiendo como comience. Si los primeros párrafos son lentos y cuentan poco, es probable que el lector se aburra y deje de leer. Lo mismo sucede con la extensión del texto: en una historia corta no puede transcurrir más de una página sin que suceda algo. Es necesario insertar el punto de acción.
Así que, para no aburrirlos, comenzaré contando quien soy y por qué estoy aquí, del lado de afuera de esta vieja fábrica de Metrópolis.

Yo soy Robin, el Chico Maravilla. Se podría decir que mi compañero es Tom Sawyer y yo soy Huck Finn, que él es Holmes y yo Watson. Pero somos más conocidos como Batman y Robin. Seguro que oyeron hablar de nosotros. Este trabajo es mi vida... Bueno, una parte de mi vida. Porque, como todo superhéroe, tengo una identidad secreta. Cuando no me pongo la máscara y la capa amarilla, soy conocido como Dick Grayson. Es extraño como llegué a ser el compañero de uno de los mayores héroes del mundo. Me crié con mi familia en un circo. Ellos eran trapecistas, conocidos como "Los Grayson Voladores". Cuando nos presentamos en Gotham City, mis padres murieron en un falso accidente, provocado por un mafioso llamado Jefe Zucco. Quedé bajo la protección de Bruce Wayne, que me educó y, a su debido tiempo, me confesó su identidad secreta. Queriendo vengar la muerte de mis padres, me uní a él, y lo ayudé a cuidar las calles de Gotham City.

Pero ahora no estoy allí. Batman me llamó y me pidió que vigilara una fábrica en la ciudad luz. Él y Superman están metidos en algo y necesitan que alguien vigile. Me estoy perdiendo un fin de semana con los Teen Titans y no sé por que. Wally me va a matar. Creo que había preparado algo con Donna, una especie de misterio para Roy. Pero Batman está primero. Siempre está primero.

Me recuesto sobre el muro. Dos horas y todavía no pasó nada. Más vale que ese dúo esté en algo verdaderamente importante o será la última vez que me presente. Me volteo y, para mi sorpresa, veo una luz que se mueve en el segundo piso de la fábrica. Me levanto y saco mis binoculares. No puedo distinguir nada, solo siluetas. Extraigo mi comunicador del cinturón y aprieto el botón.
-Batman, aquí Robin. Hay movimiento en el segundo piso.
-¿Instalaste los micrófonos?
-Si. ¿Qué hago ahora?
-Escucha.
-¿Nada más?
-Si tienes problemas comunícate con Batgirl. Ya debería haber llegado. Batman fuera.
Genial. Encima de que no tengo que hacer nada importante, tengo que llamar a Barbara por si tengo "problemas". Solo me resta escuchar. Súper divertido.
Me coloco el auricular en la oreja y activo los micrófonos ocultos.
-KZHHTHZ... busca por ahí... ¡no! ¡No levantes la...!KZHHTZZ... te dije que no lo hagas...
-Cálmate, ¿quieres? Todavía no pasó nada. Además, si el estúpido de... KHHTZZHH...era cerca... lo matamos y listo.
Genial. Ahora los micrófonos no funcionan.
-...uita eso del medio...
-¡Espera! ¿Oíste ese...KHHZTTZ...
¿Qué? ¿Ese qué? ¿A quién están esperando?
-¡Corre! ¡Está aquí!
El sonido se confunde... ruidos por todas partes. Parece que se cayeron varias estanterías. Golpe metálico. Los micrófonos se rompieron. Parece que solo me queda una cosa por hacer: entrar.
Saco la batsoga de mi cinturón y apunto hacia el edificio. Disparo y el cable se engancha en una cornisa. Me sujeto bien y me tiro. Cálculos perfectos. Uso mis pies para sostenerme en la pared, apoyándolos en el alfeizar de una ventana. Me aseguro a la soga con las manos, y de una patada rompo el vidrio. Dejo que caigan los pedazos de vidrio y me cuelo dentro. Silencio. No oigo gritos. Avanzo lentamente por el corredor, con la oreja bien parada. Me oriento hacia la habitación que ocupaban los dos hombres hace apenas dos minutos. No parece haber nadie. Me siento un estúpido, en medio de un caso que no me corresponde y vestido con botas de duende y capa amarilla. Tengo que relajarme. Entro furtivamente a la habitación y echo una mirada general. Está vacía. Me arrodillo y paso dos dedos por el suelo. No hay nada. Supongo que esperaba ver sangre. Un sollozo me obliga a levantarme. Me acerco a una suerte de armario. Hay algo ahí dentro. Más bien, alguien.
-¿Hola? –pregunto sin mucha seguridad.
-¡Aléjate, monstruo! ¡No te me acerques!
Noto algo familiar en todo este asunto. Echo otra mirada a la habitación y mi me doy cuenta de que hay una caja grande al fondo. ¿Será eso por lo que dijo "no la levantes"? Me acerco y miro dentro. Solo hay juguetes. Muchos juguetes. Levanto una pequeña cajita y mis dedos rozan un interruptor que hay en un costado. La tapa se abre y sale una pareja de baile. Una melodía armoniosa se deja escuchar en el cuarto.
-¡No! ¡Suelta eso, monstruo! ¡No me atraparás!
Veo como una figura avanza hacia mí. Antes de que sus manos me aprieten el cuello, logro ver las puertas del armario abiertas. El peso del hombre me tira al suelo. Veo su cara. Está totalmente fuera de sí. Los ojos inyectados en sangre... la mandíbula desencajada...
-¡Te mataré, monstruo!
No me deja respirar. Comienzo a marearme. Me cuesta pensar. Mis ojos divagan por el techo. No voy a lograrlo... ¡Mi pierna! Siento mi pierna libre. Logro desplazarla hacia arriba y darle una buena patada en sus partes íntimas. La presión afloja y el hombre cae al suelo rendido.
-¡Ahh! ¡Maldito... eres un...!
Me arrastro lejos de él, lejos del peligro. Me masajeo el cuello. Bocanadas de aire entran en mi organismo. La claridad vuelve a mi mente. Veo la cajita musical que cayó al suelo durante nuestro breve combate. Ya no emite más música. Hay algo extraño en eso. Parece que está echando gas...
-No puede ser... Ahora entiendo...

¿Habrán sido los juguetes, o él está aquí? Pero esta situación es extraña. Este no es su modus operandi. Él no trabaja con juguetes. Solo uno lo hace así. Ahora tiene sentido. Batman y Superman no están haciendo esto juntos porque tenían ganas de reunirse en el solo hecho de reunirse. Este caso los involucra a los dos, ¡porque involucra a dos de sus villanos! Bueno, demos por sentado que Toyman está metido. Y el restante no puede ser otro que Scarecrow. Según estos juguetes, Toyman logró meter el gas del miedo de Crane en sus juguetes. Si estos juguetes son llevados a las jugueterías y son vendidos... Bueno, ya saben que puede suceder. Ahora entiendo cual era mi misión: vigilar el producto. Entonces surge otra cuestión: ¿quiénes se supone que son estos dos? Bueno, por el momento este solo. Tengo que buscar a su compañero.
Me acerco al hombre que está en el suelo y lo ato a una estantería.
-¡No... sal, monstruo! ¡No me toques!
Salgo de la habitación y saco mi linterna. La manera más sencilla de encontrarlo es hacer que venga hacia mí. Lo que me preocupa es que Toyman y Scarecrow hayan logrado vender algunas de esas cosas. A la velocidad de Superman ya deberían haber terminado. Y si no es así, ¿qué los detuvo?
-¡No me quemarás con tu chorro de fuego, duende! ¡No moriré en este castillo!
Las balas golpean contra la tubería que tengo encima de mí. Un tercer disparo resuena en el pasillo, mientras la bala agujerea mi capa. Sin entender como no reaccioné antes, apago la linterna y me tiro a un lado.
-¡Apagar tu ojo místico no va a impedir nada! ¡Te encontraré antes de que lo hagas tú!
Tengo que terminar con esto rápido. Camino hacia atrás, palpando la pared, hasta que toco una caja insertada a esta. Levanto una tapa y siento muchos interruptores. Comienzo a bajarlos todos, hasta que la luz del pasillo nos ilumina. Veo al otro tipo, que se cayó hacia atrás cuando se encendieron las luces.
-¡Ahh! ¡Tú magia... me cega!
Saco de mi cinturón mi pistola de electro-shock y disparo. Tres cables unidos caen sobre el hombre y lo electrocutan. Nada serio. Solo lo desmayará. Cuando se despierte tendrá un gran dolor de cabeza. Me acerco a su cuerpo y lo arrastro hasta atarlo junto a su compañero. Me recuesto sobre la pared y dejo escapar un suspiro.
-¿Robin? ¿Estás aquí?
¿Barbara? ¿Qué está haciendo aquí, ahora?
Miro hacia la puerta y veo entrar a Batgirl.
-¿Por qué prendiste las luces?
-¿Cómo estás, Batgirl? ¿Ya te había dicho lo linda que te ves en ese traje?
-¿Esos son los hombres de Toyman?
-Si tú lo dices.
-¿Tocaron la caja?
-Es probable. ¿Dónde están Superman y Batman?
Como respondiendo a mi pregunta, dos hombres entran casi volando por la puerta. Cuando caen al suelo logro identificarlos: Winslow Schott y Jonathan Crane. En la puerta veo a un hombre vestido con mallas azules y capa roja. Todavía siento un cosquilleo cuando estoy en su presencia. Eso es algo común, ¿no? Digo, ¡el es Superman!
-No te dije que entraras, Robin.
Me giro y veo a Bruce en el alfeizar de la ventana.
-No iba a esperar que estos se maten entre si.
-No te preocupes. Logramos juntar todos los juguetes a tiempo, y atrapar a los responsables. No hay nada para lamentar -dice Superman dedicándome una sonrisa.
-Me llevaré a Crane de vuelta a Arkham. Tú lleva a Schott, y ocúpate de que los juguetes queden en un lugar seguro. Vamos.
-Adiós, Superman. Espero volver a verte algún día de estos –digo, antes de salir.
Terminamos de despedirnos y vemos que Clark agarra a Toyman, sus dos hombres y la caja, y desaparece. Todo en cuestión de segundos. Nosotros hacemos lo de siempre: bajamos por la ventana. Ahora solo me resta volver a la Mansión, tomar una chocolatada caliente (que estoy seguro que Alfred estará encantado en hacerme) y de vuelta a San Francisco. Me queda otro caso que no me quiero perder.

FIN

Robin2.jpg
 
Arriba