Respuesta: Libro 2: La Era del vapor
Adara sentía un extraño vaivén, que la mecía lentamente, su mente estaba entre la ensoñación y la realidad. Inesperadamente se encontraba de nuevo en la vieja casa de Comanshe, la anciana se preparaba para realizar uno de sus tantos rituales de comunión con los espíritus. Adara quiso interrumpirla, necesitaba hablar con su abuela, pero al postrar su mano sobre el hombro de la mujer solo le traspaso y la vieja india se estremeció por culpa de un escalofrió.
Comanshe: Espíritus sean pacientes – Musito molesta la anciana.
Adara: ¿Espíritus? – Repitió alterada la joven – Pero, abuela no soy un espíritu, a menos… - La imágenes de ella y Johan siendo absorbidos por un vórtice le asaltaron la mente y no puedo más que volver en sí misma llena de terror.
Johan: Ey, preciosa ¿Estás bien? – Adara se encontró con el rostro preocupado del inmortal, lo que le provoco una gran alegría, tanto que se aferro a él fuertemente.
Adara: Johan, tenía tanto miedo… - Le dijo sincera – Por un instante creí que estábamos muertos – En ese instante apreció por sobre el hombro del hombre, todo el entorno que la rodeaba, allí volvió a temer – Johan, ¿Dónde estamos?
Más no fue el inmortal quien le contesto, sino un ser etéreo, que parecía estar formado por un humo negruzco.
Sombra: Como le dije a su amigo, estos son los Lindes o planos de las tormentas del caos… - Adara Miró de la sombra a Johan y de regreso.
Adara: ¿Y cómo salimos de este lugar? – Interrogó pensando que de un momento a otro Mephistoteles aparecería.
Johan: Pues eso aún no lo se…
Sombra: Solo pueden irse si alguien les crea un pasaje o abertura y para ello deben llegar a los confines del Lindes más cercanos a su dimensión…
Johan: Oh solo es eso – Exclamó sarcástico el hombre.
Adara: Mi abuela puede hacerlo – Informo la cherokee con esperanza renovada.
Johan: ¿En serio? – Dijo este sin creérselo.
Sombra: Pues si es así, yo los acompañare hasta el lugar más cercano a su plano – La pareja lo miró de forma sospechosa.
Johan: Gracias buen ser, pero podría preguntar ¿Por qué tanta amabilidad?
Sombra: Desde hace demasiado tiempo, no tenía contacto con este sentimiento de gran poder…
Johan y Adara: ¿Sentimiento de gran poder? – Corearon los dos, sin entender.
Sombra: Si, aquí en el caos no hay amor… - Ante lo dicho ambos viajeros se miraron sorprendidos, Adara solo se sonrojo, mientras que en el rostro de Johan se formaba una sonrisa triunfante.
Continuará…
Adara sentía un extraño vaivén, que la mecía lentamente, su mente estaba entre la ensoñación y la realidad. Inesperadamente se encontraba de nuevo en la vieja casa de Comanshe, la anciana se preparaba para realizar uno de sus tantos rituales de comunión con los espíritus. Adara quiso interrumpirla, necesitaba hablar con su abuela, pero al postrar su mano sobre el hombro de la mujer solo le traspaso y la vieja india se estremeció por culpa de un escalofrió.
Comanshe: Espíritus sean pacientes – Musito molesta la anciana.
Adara: ¿Espíritus? – Repitió alterada la joven – Pero, abuela no soy un espíritu, a menos… - La imágenes de ella y Johan siendo absorbidos por un vórtice le asaltaron la mente y no puedo más que volver en sí misma llena de terror.
Johan: Ey, preciosa ¿Estás bien? – Adara se encontró con el rostro preocupado del inmortal, lo que le provoco una gran alegría, tanto que se aferro a él fuertemente.
Adara: Johan, tenía tanto miedo… - Le dijo sincera – Por un instante creí que estábamos muertos – En ese instante apreció por sobre el hombro del hombre, todo el entorno que la rodeaba, allí volvió a temer – Johan, ¿Dónde estamos?
Más no fue el inmortal quien le contesto, sino un ser etéreo, que parecía estar formado por un humo negruzco.
Sombra: Como le dije a su amigo, estos son los Lindes o planos de las tormentas del caos… - Adara Miró de la sombra a Johan y de regreso.
Adara: ¿Y cómo salimos de este lugar? – Interrogó pensando que de un momento a otro Mephistoteles aparecería.
Johan: Pues eso aún no lo se…
Sombra: Solo pueden irse si alguien les crea un pasaje o abertura y para ello deben llegar a los confines del Lindes más cercanos a su dimensión…
Johan: Oh solo es eso – Exclamó sarcástico el hombre.
Adara: Mi abuela puede hacerlo – Informo la cherokee con esperanza renovada.
Johan: ¿En serio? – Dijo este sin creérselo.
Sombra: Pues si es así, yo los acompañare hasta el lugar más cercano a su plano – La pareja lo miró de forma sospechosa.
Johan: Gracias buen ser, pero podría preguntar ¿Por qué tanta amabilidad?
Sombra: Desde hace demasiado tiempo, no tenía contacto con este sentimiento de gran poder…
Johan y Adara: ¿Sentimiento de gran poder? – Corearon los dos, sin entender.
Sombra: Si, aquí en el caos no hay amor… - Ante lo dicho ambos viajeros se miraron sorprendidos, Adara solo se sonrojo, mientras que en el rostro de Johan se formaba una sonrisa triunfante.
Continuará…
Adara tiene una visión de su abuela, la cual le da terror porque cree estar muerta, pero tras despertar de su inconsciencia descubre que la misma era solo la solución a uno de sus tantos problemas…