En un país de hermosas mujeres, no existen dudas de que las más bellas son las dibujadas por Horacio Altuna, que nació en Córdoba (Argentina) en 1941.
Es dibujante profesional desde los 24 años. Desde 1967 hasta 1975 trabajó para la editorial Columba, para la que ilustró personajes como Big Norman (Robin Wood), Hilario Corvalán (Sergio Almendro), Los Cruzados (Isaac Aizemberg) y Kabul de Bengala, de Héctor Germán Oesterheld. Simultáneamente, realizó unitarios (en su mayoría de género bélico) para la agencia Fleetway (Inglaterra).
Desde 1975 comenzó una serie de unitarios junto al guionista (luego devenido exitoso escritor) Guillermo Saccomanno para la revista argentina Skorpio, publicados en Italia por Lanciostory.
Aquí van tres unitarios, compilados en forma de único álbum, escaneados de las publicaciones originales.
Es entonces cuando establece contacto con el guionista Carlos Trillo, junto al cual producen una serie ininterrumpida de obras maestras del cómic. La primera de ellas es El Loco Chávez, una tira diaria publicada en el periódico Clarín de Buenos Aires a partir de 1975 y que se desarrollaría a lo largo de toda una década. Chávez, un bigotudo periodista, narra a través de sus aventuras la situación argentina de aquellos años, los problemas sociales y la estrechez económica, en resumen, la vida del día a día por su lado bueno y malo, con una lucidez e ironía que no sólo no decrece con el éxito, sino que se acentúa con el paso del tiempo. Por este trabajo recibió el premio Asociación de Dibujantes de la Argentina (1978) y el premio a la mejor tira diaria argentina en la Cuarta Bienal del Humor y la Historieta de Córdoba (1979). En 1978, El Loco Chávez fue llevado a la televisión en cinco episodios de una hora de duración. La serie fue prohibida por la censura del gobierno militar, que aducía que el personaje era un mal ejemplo para la sociedad, por ser vago, irrespetuoso con su jefe y mujeriego.
La tira fue especialmente adaptada por el mismo Horacio para su edición en formato de álbum.
Más tarde, en las revistas de Ediciones de la Urraca (Superhumor, El Péndulo, Humor), Trillo y Altuna descollan con: Charly Moon, historias de un adolescente en la Norteamérica de los años 30; Merdichesky, un inusual detective de Nueva York, amante de la poesía y el arte, y sobre todo, Las Puertitas del Sr. López, la obra maestra del binomio Trillo/Altuna. Las Puertitas... es una serie de relatos breves protagonizados por el anónimo empleado López. Feo, bajo, casado con una gorda arpía, preso en una vida vulgar y enamorado de una joven compañera de trabajo, López consigue, atravesando las puertas de cualquier aseo, adentrarse en otro mundo fantástico que le permite resolver los problemas que le rodean en su mundo ordinario. Ironía, inventiva, melancolía e ideas geniales caracterizan esta serie en la que el texto de Trillo y la puesta en escena de Altuna se funden en una gran obra.
Las Puertitas del Sr. López fue llevada al cine en 1978 y recibió el premio a la mejor película en el Festival de Humor de Veveire (Suiza).
En 1982 Altuna se establece en España, donde se granjea inmediatamente un enorme prestigio. Desde entonces comienza a alternar sus colaboraciones con Carlos Trillo con sus propias creaciones hasta 1987, fecha en que se separan definitívamente con la última tira diaria de El Loco Chávez. Fruto de esta última etapa de trabajo en equipo son: El Último Recreo, ambientada en una era post-nuclear en la que sólo han sobrevivido chiquillos; y Tragaperras, una serie de breves relatos de ciencia-ficción que, en cierto modo, constituye una continuación de Las Puertitas del Sr. López, mostrándonos ese distanciamiento entre realidad y ficción, entre los deseos y lo cotidiano.
A pesar de que Altuna colaborara activamente en los guiones de Trillo, era ya momento de dedicarse a proyectos más personales. Así nacen obras íntegramente propias como Time Out, Ficcionario y Chances, en las que el autor nos describe un futuro angustioso basado, sin embargo, en los aspectos más horripilantes de la sociedad actual. En 1986 Horacio Altuna recibió el premio Yellow Kid -considerado el Oscar del noveno arte- en Lucca (Italia). También fue finalista en 1987 en el premio al mejor álbum extranjero del festival de Angoulème, con El Último Recreo. Ese mismo año Altuna colaboró en los boards de la película Gringo Viejo, dirigida por Luis Puenzo y protagonizada por Gregory Peck y Jane Fonda.
A partir de ese momento Altuna sigue una fructífera carrera en solitario con series como Imaginario, Hot L.A., y suma una larga serie de historietas eróticas para la revista Playboy. Esta serie, conocida con el nombre genérico de Voyeur, se caracteriza por tratar el sexo con un peculiar sentido del humor.
Incluyo también una serie de 8 episodios autoconclusivos, con guiones de Carlos Trillo, titulada "Luces de mi ciudad", publicada en 1990 en la revista argentina Puertitas (editada por el mismo Trillo en su sello El Globo Editor). Ni en las revistas ni en las planchas hay información acerca de la fecha de realización de esta obra que, por lo que se, permanece inédita en Europa. La presentación de la miniserie da a entender que fue expresamente realizada para dicha publicación.
A partir de 1994 Horacio Altuna regresa a las páginas del Clarín, donde escribe y dibuja al Nene Montanaro, y posteriormente continúa con sus aportes a periódicos, en este caso con la tira Familia Tipo en El Periódico de Catalunya.